Moody's anunció su decisión de poner bajo vigilancia con
implicaciones negativas a los bancos portugueses más importantes, tal y como
hizo hace justo una semana la agencia Standard & Poor's.
En un comunicado, Moody's informó de que estudia rebajar la
calificación de una decena de entidades portuguesas debido a "su gran
dependencia del Banco Central Europeo (BCE), en cuanto el mercado internacional
permanece cerrado" a los bancos lusos.
También apunta entre los motivos para evaluar a estas
instituciones financieras la adopción de "medidas de austeridad por parte
del Gobierno y su impacto en la calidad de los activos bancarios".
Entre la decena de bancos analizados se encuentran los cinco
más importantes del país, concretamente el Banco Portugués de Inversión (BPI)
-participado por la entidad española La Caixa-, el Banco Comercial Portugués
(BCP) -participado por el Banco Sabadell-, la Caixa Geral de Depósitos, el
Banco Espírito Santo (BES) y el Banco Santander Totta (filial de la entidad
española del mismo nombre).
Con esta decisión de poner "bajo vigilancia y con
vistas a una posible degradación" la calificación de las entidades lusas,
Moody's se suma a la revisión anunciada el pasado 3 de diciembre por Standard
& Poors, debido a sus dudas sobre la solvencia crediticia de sus
instituciones financieras.
Standard & Poor's también estudiará durante los próximos
tres meses una posible rebaja de la calificación general de Portugal, que
actualmente tiene una nota de "A-" para la deuda a largo plazo y de
"A-2" para la de corto, a la espera de si recurre o no a la ayuda
externa y de si logra implantar su plan para reducir el déficit público.