El presidente de EEUU, Barack Obama, instó hoy al Congreso a que apruebe sin demoras US$ 50.000 millones para obras de infraestructura, al señalar que el sector de la construcción ha sido uno de los más golpeados por la crisis.
"Cuando queda mucho por hacer, no tiene absolutamente ningún sentido que (los trabajadores) no estén trabajando, cuando hay tantas carreteras y puentes que necesitan reparación o reconstrucción", dijo Obama, durante un acto en el Key Bridge, uno de los cinco puentes que unen a Washington con el norte de Virginia.
Obama señaló que dos de esos cinco puentes son "deficientes" y requieren reparaciones, pero que también hay carreteras y puentes deficientes en todo Estados Unidos.
"Nuestra vieja infraestructura de transporte le cuesta a los negocios y familias estadounidenses cerca de US$ 130.000 millones al año" y eso supone una carga para los negocios, consumidores y economía en general, señaló el mandatario.
Al destacar la urgencia de modernizar la infraestructura, Obama dijo que, como porcentaje de su economía, Europa "invierte más del doble" en su infraestructura y China más de cuatro veces que lo que invierte EEUU.
Interrumpido por aplausos, Obama consideró inaceptable que China y Europa "construyan los mejores puentes y trenes de alta velocidad y nuevos y relucientes aeropuertos" mientras en EEUU hay más de un millón de desempleados en el sector de la construcción.
Obama criticó que los republicanos en el Senado bloquearon el mes pasado su plan para la creación de empleos, que incluye US$ 50.000 millones para la infraestructura, y otros US$ 10.000 millones en inversiones privadas para obras de construcción.
También consideró que el Congreso debería aprobar medidas para la creación de empleos, en vez de dar prioridad a resoluciones sobre el lema "en Dios confiamos" incluido en las monedas y dólares estadounidenses.
"Dios quiere ver que nos ayudamos a nosotros mismos poniendo a la gente a trabajar", enfatizó.
El mandatario hizo estas declaraciones ante una audiencia de centenares de personas, entre trabajadores de la construcción desempleados y líderes de los sectores sindical y empresarial.
El Senado, bajo control demócrata, tiene previsto votar mañana jueves una medida de transporte dotada de US$ 50.000 millones.
Desde que los republicanos bloquearon la totalidad del plan de empleos de US$ 447.000 millones de Obama -debido a pugnas sobre un aumento en el gasto fiscal y un nuevo impuesto a millonarios-, la nueva táctica de la Casa Blanca y sus aliados demócratas en el Congreso ha sido promover la aprobación del plan en elementos individuales.
El viernes pasado Obama anunció dos iniciativas nuevas para estimular la economía, a través de la agilización de las exportaciones y la creación de empresas tecnológicas, a la espera de que el Congreso apruebe su plan de empleo.
Según la Casa Blanca, las dos iniciativas "son parte de una serie de acciones ejecutivas para fortalecer la competitividad de la economía de EEUU y fomentar la creación de empleo".
Ante la "creciente inoperancia" del Congreso, Obama ha lanzado su campaña "No podemos esperar" para tratar de sacar adelante medidas por vía ejecutiva que sean efectivas sin paso por el Congreso