La crisis ha provocado una importante desaceleración en la
tasa de crecimiento de los salarios reales a nivel mundial.
Así lo evidencia el "Informe Mundial sobre Salarios 2010/11",
presentado esta mañana por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el
que se aprecia que el aumento medio del sueldo real pasó de un 2,8% en 2007, a un
1,5% en 2008 y a un 1,6% en 2009.
Excluyendo a China, que según la entidad sus estadísticas
sólo cubren "unidades urbanas vinculadas al Estado", la variación declina desde
un 2,2% en 2007 a un 0,7% el año pasado.
El documento -que recoge datos de los 115 países
representantes del 94% de todos los empleados del mundo- constata además que la
tasa de crecimiento se desaceleró prácticamente en todos los países, resultando
incluso negativa en más de un cuarto de éstos en 2008 y un quinto en 2009.
Distintas regiones, distintas realidades
Según el informe de la OIT, existen "considerables
variaciones regionales en el crecimiento de los salarios".
Por ejemplo, las alzas del sueldo real se han mantenido
"consistentes" en Asia y Latinoamérica, mientras que en Europa
Oriental y Asia Central "han sufrido una fuerte caída", pues pasaron
en 2007 de un alza del 17% al descenso del 2,2% en 2009.
En los países más avanzados, el crecimiento del salario real
se situó el año antes de la crisis en el 0,8%, y aunque en 2008 bajaron un 0,5%
de media, en 2009 volvieron a registrar un leve aumento del 0,6%.
Desigualdad y políticas alariales
El informe muestra también que la proporción de personas con bajo salrio -menos de dos tercios del salario medio- ha aumentado desde mediados de la década de 1990 en más de dos tercios de los países para los cuales existen datos disponibles.
Así, la OIT percibe "una extensa y creciente desigualdad salarial",
junto a la existencia de una "fuerte discriminación" fruto de la
persistencia de salarios bajos y brechas salariales, tanto en los países
industrializados como en desarrollo.
Los trabajadores de bajos salarios tienden a ser, "de una forma
desproporcionada", jóvenes y mujeres, además de que habitualmente
pertenecen a una "desventajada" minoría étnica.
Una de las soluciones que propone el estudio para abordar
el problemas consiste en reducir la "creciente discrepancia
entre crecimiento de la productividad y salarios", o lo que es lo
mismo, vincular los sueldos a la productividad.
La negociación colectiva y el salario mínimo, unido a políticas de
ingresos "correctamente formuladas", pueden levantar los ingresos de los
trabajadores durante la recuperación, sugiere el organismo de Naciones
Unidas para el empleo y las relaciones laborales.