El regulador bursátil estadounidense, la SEC, acusó a Allen Stanford de un "masivo fraude" a través de la venta de US$8.000 millones en certificados de depósitos a través de Stanford International Bank.
El banco realizó "improbables e injustificadas" afirmaciones respecto a su habilidad de generar rentabilidades seguras de más de 10%, y engañó a los inversionistas respecto a la exposición de sus fondos a la estafa de Bernard Madoff, afirmó hoy la SEC.
El regulador solicitó a la corte federal de Dallas congelar los activos y designar a alguien para que retorne los dineros a los inversionistas.
Las compañías del millonario inversionista incluyen además del banco, a la corredora Stanford Group y la consejera de inversión Stanford Capital Management.
La SEC había estado investigando las firmas desde mediados del año pasado, aunque las consultas se intensificaron tras el arresto de Madoff en diciembre, quien confesó un fraude por US$50.000 millones en el que se le prometió a los inversionistas rentabilidades excepcionales, que finalmente fueron pagadas con los dineros de otros participantes.