El Presidente Emmanuel Macron anunció el domingo nuevos ministros del gabinete mientras aumenta la presión para que él y su primer ministro reelecto, Sébastien Lecornu, formen un Gobierno funcional para prevenir la creciente crisis política de Francia.
Lecornu, quien renunció como primer ministro hace una semana antes de ser renombrado el viernes, tendrá que frenar las deserciones de los grupos políticos que apuntalaron la alianza centrista de Macron para evitar otro colapso del Gobierno.
La caída de la popularidad de Macron ha dejado a su coalición con una débil minoría en el Parlamento francés, lo que pone a Lecornu en riesgo de perder su puesto nuevamente. Tanto la oposición como los partidos aliados han expresado su enojo con el mandatario por no aceptar su frágil postura y retractarse de sus políticas más maximalistas.
Para complicar aún más la situación, está el viaje de Macron a Sharm el-Sheij, Egipto, el lunes para asistir a la ceremonia de firma del plan de paz para Gaza. Su ausencia podría retrasar algunos trámites necesarios para proponer el Presupuesto de 2026, necesario para controlar el déficit de Francia.
El nuevo Gobierno debe lograr un delicado equilibrio entre los partidos de la oposición en pugna para sobrevivir a las mociones de censura que probablemente se presentarán a finales de esta semana en la Asamblea Nacional. Con la extrema derecha y la extrema izquierda prometiendo apoyar las mociones para derrocar a Lecornu, independientemente de las políticas que proponga, el primer ministro debe convencer tanto a los socialistas como a los republicanos de que se abstengan en las votaciones.
El líder socialista Olivier Faure dijo en La Tribune Dimanche durante el fin de semana que el escenario más probable era que los últimos esfuerzos de Lecornu fracasaran.
Sin embargo, los socialistas exigen cambios radicales en la agenda económica de Macron, como la suspensión de una controvertida reforma de pensiones, el aumento de impuestos a los ricos y la autorización de un mayor gasto deficitario. Los centristas y la centroderecha se oponen a medidas tan radicales, aunque no está claro si llegarían al extremo de votar en contra del Gobierno.
Para agravar las dificultades del primer ministro francés, otro colapso gubernamental probablemente provocaría más ventas masivas en los mercados franceses. El diferencial entre el rendimiento a 10 años de los bonos franceses y alemanes -un indicador clave del riesgo- ya ha subido a más de 80 puntos base (pb.), desde un mínimo de 65 pb. en agosto y 43 pb. antes de que Macron convocara las elecciones anticipadas del año pasado que dividieron el Parlamento en bloques minoritarios enconados.
Para tranquilizar a los inversionistas, Lecornu intenta impulsar el proceso presupuestario con la suficiente antelación para garantizar que Francia adopte la legislación antes del 31 de diciembre. El Gobierno ha dicho previamente que el proyecto de ley debe presentarse antes del lunes para permitir los 70 días de debate consagrados en la Constitución, pero podría haber algunos días de margen.