Era cosa de tiempo, pero incluso para los estándares de la nueva administración la respuesta parece sorprendentemente rápida.
Tras asumir la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero, Donald Trump pasó rápidamente a implementar sus polémicas promesas de campaña, saltándose al Congreso y actuando principalmente a través de órdenes ejecutivas o decretos.
Cuando el mandatario apenas lleva poco más de dos semanas al frente de la Casa Blanca, ya surgió la primera iniciativa para presentar un impeachment contra su gestión.
El responsable fue Alexander N. Green, un abogado y político estadounidense que se desempeña desde 2005 como miembro de la Cámara de Representantes por el noveno distrito del Congreso de Texas.
Green anunció este miércoles a sus colegas legisladores que está preparando artículos para presentar una acusación constitucional en contra del gobernante republicano debido a su propuesta para que Estados Unidos tome el control de Gaza y deporte a los palestinos a ubicaciones en Egipto y Jordania.
El plan de Trump, dijo el parlamentario sería un “acto desesperado” que equivale a una limpieza étnica. Y agregó que la iniciativa para acusar a Trump será un movimiento de base liderado por gente común y corriente. "El pueblo tiene que avanzar. El pueblo tiene que exigirlo. Y cuando lo exija, se hará", afirmó.
El anuncio surge en momentos en que los demócratas comienzan a intensificar su resistencia a la administración Trump y su aluvión de nuevas políticas.
Green, conocido por su estilo combativo, lanzó varios intentos infructuosos para destituir a Trump durante su primer mandato. El magnate convertido en político fue acusado dos veces durante su primer período, pero finalmente fue absuelto de todos los cargos por el Senado.