La Reserva Federal anunció ayer un significativo giro en su estrategia al desligar el manejo monetario de la tasa de desempleo y la inflación, que en los últimos meses venían orientando su “guía a futuro”. A partir de ahora, las decisiones del banco central de Estados Unidos estarán condicionadas a una canasta más amplia de índices económicos.
Con ello, la autoridad monetaria ganó margen para mantener su política expansiva por un período más prolongado.
Más allá del desempleo
Hasta ahora, la Fed se había fijado un umbral de desempleo de 6,5% para sostener el estímulo, pero la rápida caída del indicador a 6,7% ponía presión a la entidad a actuar antes de que se consolide la recuperación.
“Un declive en el desempleo podría estar reflejando la salida de la fuerza laboral de personas decepcionadas”, había comentado Yellen antes de la reunión.
El Índice de Gasto de Consumo, el favorito de la autoridad para medir la inflación, además, llegó a 1,2% en el año a febrero, lejos de la meta de 2%.
Bajo el nuevo esquema, la Fed tendrá en cuenta ahora -además de la cifra de desempleo-, otros elementos como el número de trabajadores de medio tiempo, el desempleo de largo plazo, la participación de la fuerza laboral, la tasa de renuncias y la tasa de vacantes. Además considerará datos como las expectativas de inflación y el desempeño de los mercados financieros, entre otras.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, su sigla en inglés) proyectaron que el desempleo se ubicará entre 6,1% y 6,3% para el cuarto trimestre de este año, mientras que en diciembre esperaban que se ubicara entre 6,3% y 6,6%.
Sigue el estímulo
Lo que más resaltó en la decisión del banco central fue su compromiso con una política expansiva incluso más allá de que la economía dé muestras de consolidación. Los miembros del FOMC continúan anticipando que “probablemente será apropiado mantener el actual rango de la tasa referencial (cercano a cero) por un período considerable después de que termine el programa de compra de activos”, particularmente si la inflación sigue estando por debajo de la meta.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, explicó que el concepto de período considerable es difícil de definir, pero “probablemente significa algo del orden de cerca de seis meses, o ese tipo de cosas”.
Sin embargo, una vez que los tipos comiencen a repuntar, los miembros del comité de la Fed proyectan ahora un alza más acelerada de la tasa de interés. Mientras en diciembre esperaban que los tipos estuvieran en 1,75% para fines de 2016, ahora los integrantes del comité prevén que las tasas terminen 2015 en 1,0% y 2016 en 2,25%. De los 16 integrantes, trece creen que la primera alza se produzca en 2015, mientras que uno incluso prevé el primer movimiento para fines de este año. los banqueros centrales además pronosticaron que la mayor economía del mundo crecerá a tasas de entre 2,8% y 3,0% este año y entre 3,0% y 3,2% el próximo.
Plan de compras
En la primera reunión encabezada por Yellen tras el retiro de su predecesor, Ben Bernanke, el FOMC decidió además reducir las compras mensuales de activos en
US$ 10 mil millones hasta US$ 55 mil millones desde abril, divididas en US$ 25 mil millones en títulos respaldados por hipotecas y US$ 30 mil millones en bonos del Tesoro.
De este modo, mantuvo el ritmo de ajuste que venía aplicando en las últimas reuniones.
Las autoridades señalaron que si los datos entrantes apoyan ampliamente la expectativa de un mayor repunte en el mercado laboral y que la inflación retorne a su objetivo de más largo plazo, probablemente disminuirán el ritmo de las compras en “pasos moderados” en los futuros encuentros.
Sin embargo, el Comité insistió en que el retiro del estímulo no está en un “camino predeterminado” y que cualquier decisión dependerá de la perspectiva para el mercado laboral y la inflación y del análisis de la eficacia y los costos de las compras.
Durante la conferencia de prensa tras la sesión, Yellen agregó que si las condiciones económicas continúan repuntando en los próximos meses, el programa podría finalizar en el otoño boreal.
déficit de cuenta corriente
El déficit de cuenta corriente de Estados Unidos se desplomó al mínimo en catorce años en el cuarto trimestre del año pasado, ya que las exportaciones alcanzaron un récord, reveló un reporte del Departamento de Comercio publicado ayer. La entidad dijo que la brecha de la cuenta corriente, que mide el flujo de bienes, servicios e inversiones dentro y fuera del país, se redujo a unos US$ 81.100 millones.
Este fue el menor déficit desde el tercer trimestre de 1999 y tuvo lugar tras un saldo negativo revisado de US$ 96.400 millones en el tercer trimestre.
El saldo negativo representó un 1,9% del Producto Interno Bruto, la menor proporción desde el tercer trimestre de 1997, y estuvo por debajo del 2,3% registrado en el período de julio a septiembre.