La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo ayer a los medios de comunicación haber recibido una disculpa, que calificó como “protocolar”, por parte de Banco Santander y dijo que adoptará una “posición clara” en relación con el banco, tras el episodio generado por un reporte enviado a los clientes que relacionaba un deterioro de la economía con un eventual triunfo de Rousseff en las próximas elecciones.
“Encuentro inadmisible para cualquier país aceptar cualquier nivel de interferencia por parte de cualquier integrante del sistema financiero de forma institucional en el sistema político”, dijo la presidenta. Para ella, las proyecciones de los mercados financieros son un “juego inadmisible de pesimismo” en el marco electoral.
Rousseff dijo haber recibido disculpas del banco en varias ocasiones y agregó que hablaría primero con el banco antes de adoptar cualquier posición, sin descartar la posibilidad de demandar a la institución.
Dilma comparó el pesimismo por la Copa Mundial en Brasil con la sensación del mercado financiero en la economía. “El mismo pesimismo que ocurrió en la Copa está ocurriendo con la economía. En el caso de la economía, el pesimismo es más grave porque la economía se trata de expectativas“, dijo la presidenta.
Rousseff también destacó que la tasa de desempleo se encuentra en su nivel más bajo de la historia y que el crecimiento industrial es un requisito previo para el desarrollo del país.