La agencia de calificación vuelve a tener a los principales estados de la eurozona en el punto de mira y podría estar preparando una seria amenaza sobre la triple de AAA de Alemania y Francia, y otros tres países con la máxima calificación crediticia. Según Financial Times, S&P podría colocarlas con un 50% de posibilidades de perder la nota en los próximos tres meses.
Standard & Poor's puede asestar un duro golpe sobre la calificación de los principales estados de la zona euro. Según informa Financial Times en su edición digital, la agencia podría anunciar este mismo lunes que coloca la calificación Alemania, Francia, Países Bajos, Austra, Finlandia y Luxemburgo en 'creditwatch negative', una perspectiva peor que la tradicional.
Si S&P coloca a estos cinco países en esta perspectiva, supone que las principales economías de la eurozona tienen un 50% de posibilidades de perder su máxima calificación financiera en 90 días (3 meses), frente al año que concede la perspectiva negativa habitual.
En las últimas semanas, la calificación de Francia había estado bajo la sombra de una rebaja de ráting, pero la nota de Alemania, la principal economía del euro, no estaba en el disparadero. Según añade FT, S&P está preocupada por "el impacto potencial de lo que consideramos como la profundización de los problemas políticos, financieros y monetarios de la unión económica y monetaria europea."
La advertencia llega al comienzo de una semana que se adivina como clave para el futuro del euro, con una cumbre el próximo viernes en la que Alemania y Francia promoverán una reforma de los tratados que apunte a una mayor disciplina e integración fiscal de los países que componen la moneda única europea.
La pérdida de la 'AAA' podría poner más trabas aún al fondo de rescate europeo y dificultaría el acceso a la financiación en los mercados para dotar de fondos a los paquetes de rescate de Irlanda, Portugal y Grecia, ya que están avalados por estos países, ya que tener esta calificación supone considerar al activo como 'libre de riesgo' en los mercados. Además, aumentaría los costos de financiación de los seis estados.