Por Will Clem y Fiona Tam
Una ola de protestas en los deltas del río Perla y el río Yangtze por pagos y compensaciones cobró impulsó. La creciente frecuencia de huelgas en los centros industriales es un indicio del alza en las tensiones laborales, a medida que una fuerza laboral cada vez más combativa enfrenta a empleadores, que su vez batallan contra los efectos de una desaceleración global.
La policía chocó contra los huelguistas en una fábrica en Shangai, deteniendo al menos a diez piqueteros, mientras los dueños singapurenses de la planta adoptaron una actitud de línea dura, en un intento por destrabar el punto muerto que lleva siete días. “Llegamos a la fábrica a las 6AM, pero las puertas estaban bloqueadas y no nos permitieron entrar”, dijo una mujer en huelga de la planta de electrónicos Hi-P International. “Había cerca de 200 policías y no nos dejaban protestar. Se llevaron a muchos trabajadores”.
La mujer afirmó que los trabajadores llevarían el caso al gobierno municipal, porque creían que habían sido despedidos por participar en la huelga, que comenzó la semana pasada en protesta contra los planes para reubicar la fábrica en las afueras de Shangai. Unos 200 trabajadores que no estaban dispuestos a trasladarse están demandando una compensación.
Un vocero de Hi-P confirmó que la policía había separado al grupo de huelguistas, pero no pudo esclarecer si acaso habían actuado independientemente o por solicitud de la empresa.
En Shekou, una zona industrial en Shenzhen, más de 1.000 trabajadores continuaban una protesta de seis días, según medios locales. Los trabajadores bloquearon la entrada de la fábrica después de que su empleador, Topsearch Industries, decidiera relocalizar sus líneas de producción en la provincia de Guangdong.