Por Constanza Morales H.
Casi dos años después de que se lanzara el proyecto para fusionar la supervisión financiera de la zona euro y proteger al bloque de futuras crisis, la Unión Europea alcanzó un acuerdo sobre la creación de un sistema común para manejar a las firmas en problemas.
En una negociación que se extendió por más de 16 horas y que finalizó horas antes de que comenzara una cumbre de los líderes de la comunidad, el Parlamento y el Consejo Europeo pactaron establecer una agencia para cerrar las instituciones que están cerca de colapsar –el llamado Mecanismo Único de Resolución (MUR)– y un fondo compartido de 55 mil millones de euros para cubrir los costos, financiado por los propios bancos.
El proyecto le concede al Banco Central Europeo las herramientas necesarias para clausurar las empresas financieras que considere muy débiles para sobrevivir, con lo que se refuerza su rol como supervisor.
El tratado hace más difícil que los países miembro desafíen al BCE si es que el ente emisor opta por liquidar un banco. Este elemento fue fuertemente influenciado por la resistencia de Berlín a que los contribuyentes alemanes se vean expuestos a algún rescate, según el periódico Financial Times.
Las principales concesiones hechas por el Consejo son acelerar la construcción del fondo a ocho años –la propuesta original fijaba un plazo de diez años– y concentrar la mutualización para que una proporción más grande del fondo sea compartida en una etapa más temprana. Bajo el acuerdo, 40% de las contribuciones son mutualizadas desde el primer año y 60% desde el segundo.
“El Mecanismo de Resolución Único puede que no sea una construcción perfecta, pero permitirá liquidar de manera rápida y efectiva un banco transnacional en la zona euro, con lo que se cumplirá su objetivo principal”, aseguró Michel Barnier, comisionado de la UE responsable de la regulación.
La autoridad añadió que la iniciativa ayudará a terminar con la “era de rescates masivos”.
Por su parte, Elisa Ferreira, negociadora jefa del Parlamento, se mostró satisfecha con el esquema “que protege el dinero de los contribuyentes, sin interferencias políticas y con unas normas y un enfoque comunes para gestionar bancos a punto de quebrar”, citó el diario español Expansión.
De esta manera, se completa el segundo pilar de la unión bancaria, cuyo primer componente es el rol de supervisor del BCE que comienza a operar a fin de año.
Limitaciones del sistema
Si bien el pacto implica un avance en la consolidación de la industria financiera europea, el proyecto tiene deficiencias. En primer lugar, el fondo de resolución es pequeño y, de acuerdo al supervisor del banco central, será gastado rápidamente. Para enmendar esta situación el fondo podrá pedir dinero prestado, pero los gobiernos del euro no se juntarán para facilitar o hacer más barato esto.
“La clave de una unión bancaria es una autoridad con influencia financiera. Ellos no tienen eso así que no tenemos una unión bancaria”, comentó a Reuters Paul De Grauwe de la London School of Economics.
En segundo lugar, las 18 naciones de la moneda común no pretenden cubrir de manera conjunta los costos de los colapsos bancarios individuales, un elemento central del plan original. Tampoco habrá una protección combinada de los depósitos, con lo que se abandona el tercer pilar de la unión bancaria.
En tercer lugar, autoridades y analistas como Carsten Brzeski de ING han criticado el mecanismo de cierre de un banco por ser muy complejo.
Los puntos del proyecto
Reservas: Se levantará un fondo con 55 mil millones de euros en ocho años financiado por los propios bancos europeos. El plan original fijaba un plazo de una década.
Mutualización: Se concentrará la mutualización de las firmas para que una proporción más grande del fondo sea compartida en una etapa más temprana. 40% de los aportes serán mutualizados desde el primer año y 60% desde el segundo.
Préstamos: Como una manera de remediar el pequeño saldo acumulado, el fondo podrá pedir dinero prestado, pero los gobiernos del euro no se juntarán para facilitar o hacer más barato esto.
Supervisor: El Banco Central Europeo tendrá las herramientas suficientes para clausurar a las compañías financieras que considere muy débiles para sobrevivir, con lo que el organismo refuerza su rol fiscalizador.
Influencia de los países miembros: El tratado hace más difícil que las naciones de la comunidad desafíen al BCE si es que el ente emisor opta por liquidar un banco.
Las cinco preguntas clave para entender la unión bancaria
1 ¿Qué es? Es el proceso de integración europea más ambicioso desde la introducción del euro. El objetivo es que los ciudadanos, los inversionistas, los reguladores y los mercados dejen de clasificar a los bancos que operan en la eurozona por su nacionalidad.
2 ¿Para qué sirve? Esto supone que los mercados valorarán a un banco por la calidad de su balance y no por donde tenga su sede social o residan sus accionistas principales. En consecuencia, entidades penalizadas por su nacionalidad se financiarán en el mercado a un precio más bajo y, siguiendo la lógica, podrán ofrecer más y mejores préstamos.
3 ¿Cómo se pretende conseguir? La unión bancaria original contaba con tres pilares: un mecanismo único de supervisión, un mecanismo único de resolución y un fondo de garantía de depósitos común. Los líderes europeos parecen conformarse con los dos primeros. En cuanto al tercero, se limitan a homologar las condiciones en las que estos fondos deben operar en cada país.
4 ¿Qué es un Mecanismo Único de Supervisión? Es un sistema que pretende centralizar en Frankfurt la vigilancia de las entidades financieras europeas, las más grandes (unas 128) de forma directa, y el resto de forma indirecta. La idea es homogeneizar y centralizar las normas de supervisión y evitar el posible sesgo o trato de favor de los supervisores nacionales para con sus bancos. El Supervisor Único de la zona euro será el BCE y empezará a operar el 4 de noviembre. Antes de ello, someterá a los 128 grandes bancos de la zona euro a un análisis en profundidad de su balance y a una prueba de estrés.
5 ¿Qué es un Mecanismo Único de Resolución (MUR)? Cuando un banco esté quebrado o a punto de quebrar, debe iniciarse un proceso de intervención pública que minimice las pérdidas para los depositantes. Este proceso puede acabar en una reestructuración o liquidación de la entidad. Hasta ahora, cada país tenía su propio sistema de liquidación, con sus propias normas y sesgos nacionales. Y también con sus propios fondos para financiar las operaciones.
Con el MUR, las normas y los procesos para intervenir un banco se homogeneizarán, y se creará un fondo de resolución único con aportes de todos los bancos del bloque. Para usar ese fondo, los bancos tóxicos deberán aplicar pérdidas a sus principales acreedores, incluidos bonistas senior (algo que no ha ocurrido en los grandes rescates de esta crisis). Esto permitirá reducir la factura final para tapar el agujero.