Por Raymond Li
El jefe del Partido Comunista y presidente de la segunda economía del mundo, Xi Jinping, recurrió a una lección de austeridad dada por Mao Zedong hace más de seis décadas para fomentar su campaña contra la corrupción.
Durante una visita la semana pasada a Xibaipo –el cuartel general del Ejército Popular de Liberación al final de la guerra civil–, Xi le recordó a los miembros del partido los llamados seis no de Mao, que le negaron a los funcionarios cosas como celebrar fiestas de cumpleaños e intercambiar regalos.
La visita de Xi a la provincia de Hebei fue su último esfuerzo para impulsar su campaña de “línea de masa” de un año, que está diseñada para reforzar los lazos del partido con la gente en medio de un creciente descontento por la corrupción.
Revelada en abril, la campaña obliga a los funcionarios desde el nivel de condado a “reflexionar sobre sus propias prácticas y corregir cualquier mal comportamiento” de acuerdo con la opinión pública.
La similitud de la campaña con los esfuerzos de Mao ha causado inquietud.
Pero Sima Nan, un académico de izquierda y conservador, comentó que la campaña de línea de masa de Xi era menos sobre inclinarse hacia la izquierda y más sobre reafirmar una doctrina fundamental para el partido.
Sima expresó que el movimiento de línea de masa de Xi era de mayor importancia porque atacaba específicamente la corrupción oficial, que el público ha culpado por ampliar la brecha de riqueza y por impulsar un rápido desarrollo a expensas del medio ambiente.
“Me preocupa que este tipo de campaña pueda convertirse en otra formalidad como ha sucedido con otras campañas, porque las autoridades centrales podrían no necesariamente incluir a las autoridades de menor rango”, declaró el experto. “Ellos han desarrollado muchas maneras sofisticadas de seguir adelante con sus propias prioridades sin molestar abiertamente a las autoridades de mayor rango”.