Las crisis económicas que marcan la historia de Chile

Un punto a favor se anotan, lamentablemente, quienes vaticinan que Chile sufrirá este año un inevitable traspié en materia de crecimiento.

Por: | Publicado: Viernes 6 de marzo de 2009 a las 05:00 hrs.
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Un punto a favor se anotan, lamentablemente, quienes vaticinan que Chile sufrirá este año un inevitable traspié en materia de crecimiento.

Acorde con las expectativas privadas, el Banco Central informó ayer que la actividad local descendió 1,4% durante enero. El primer resultado negativo para este mes desde 1999, un año emblemático, por cierto, puesto que fue la última vez que el país vio deteriorarse con fuerza su Producto Interno Bruto (PIB).

La bullada “crisis asiática” hace diez años se tradujo en una brusca disminución de las exportaciones nacionales, así como de las reservas internacionales y del valor de la moneda local y que, por primera vez -desde 1991- explicó un déficit en las cuentas fiscales.

Todos condimentos que inexorablemente comienzan a darse en 2009, pero que -más preocupante aún- parecieran ser propios de los momentos más críticos, sinónimos de recesión, en la historia de la economía local.

Así, por lo menos, lo demuestran acabados estudios. Uno de ellos, realizado por Sergio de la Cuadra y Hernán Cortés -quienes revisaron los datos oficiales sobre la evolución del PIB- que se centró en el período entre 1926 y 1982.



Los elementos en común

Su análisis zanjó una discusión que bien podría adquirir ribetes bizantinos. ¿Qué se define como recesión? Para estos economistas, el concepto dice relación con aquellos años donde efectivamente el PIB cae, pero también en los cuales su desaceleración es muy marcada y, por lo menos, se traduce en una variación a la baja de cinco puntos en relación al  ejercicio anual previo.

El análisis mostró que Chile ha atravesado por doce recesiones en casi seis décadas: 1930, 1936, 1938, 1941, 1947, 1949, 1954, 1958, 1967, 1972, 1975 y 1982.

El seguimiento de estos episodios develó que tenían elementos comunes. Quizás el más fundamental, para lo que ocurre hoy, es que el 83% fue causado por factores externos.

Como punto de referencia internacional, se evaluó lo ocurrido con Estados Unidos. Cada vez que éste mostró un signo negativo, a Chile le dio inexorablemente pulmonía, explica el académico de la Universidad Católica, Rolf Lüders.

Las excepciones han sido dos: 1941, cuando los problemas obedecieron a una caída del sector agrícola (-30%); y 1936, cuando la desaceleración respecto a 1935 fue parte de la lenta recuperación tras la Gran Depresión del 30.

Para los otros casos, la dinámica de deterioro fue la misma: desplome de exportaciones -con caídas de hasta 70%- y de los términos de intercambio –de más de 30%-, con efectos adicionales sobre el flujo de capitales hacia el país.

Desde la perspectiva interna, las políticas monetarias y fiscales exhibieron un patrón consistente previo a la recesión, siendo ambas muy expansivas en el 80% de los casos. Ya en la tormenta, las tasas de interés tendieron a seguir bajando, jugando un papel anticíclico; y el sector público restringió algo su gasto, evidenciando el ajuste de la economía.

La política cambiaria, por su parte, fue forzosamente reactiva y buscó restablecer los deteriorados niveles de reservas internacionales mediante devaluaciones. Si eran escasas, la devaluación se anticipó; si eran abundantes, se postergó. Un hecho marcador, como   el abandono del dólar a $ 39 en los ´80.

El país, además, siempre que pudo recurrió a un mayor endeudamiento externo para amortiguar el impacto de la caída en la actividad.



La peor de todas

 Tras la aún presente crisis del 82-83, la economía local sólo sucumbió a un menor crecimiento en 1990. Se pasó de un ritmo de 10% a uno del orden de 3% en medio de un cambio político y un ajuste que buscó controlar los efectos de un excesivo gasto fiscal en la inflación, a esas alturas de 30%. Después vino 1999, cuando el golpe de nuevo provino del exterior.

Puesto en perspectiva, análisis del mismo Banco Central sostienen que esta última fue mucho menos extensa, intensa y costosa que la recesión de 1982 y, por lo mismo, guarda más  distancia con la de 1975 y aún más con la del ´30.

A este último año, le siguieron otros dos de números muy rojos. En 1932 el PIB era sólo un poco más de la mitad del existente en 1929. El derrumbe del crecimiento implicó -según un estudio de José Díaz, Rolf Lüders y Pert Wagner- que el PIB per capita se redujera 46,5% entre 1930 y 1932; mientras que cedió 23,27% entre 1972 y1975. Entre 1982 y 1983, cuando de nuevo Chile enfrentó una difícil combinación de problemas institucionales y el golpe de las restricciones externas, el PIB cayó 18,8%.

 ¿Qué pasará ahora? Rolf Lüders  señala que la caída de la tasa de crecimiento del PIB con respecto a 2008 puede perfectamente ser de 4 puntos o quizás aún más.  "Si es así, técnicamente podemos entrar en una recesión. Lo importante es que la economía chilena tiene las instituciones, incluyendo las políticas económicas, y las reservas internacionales necesarias para minimizar los costos asociados a esa recesión. Aún así, las autoridades no podrán evitar un significativo aumento del desempleo y de las quiebras de empresas”, sostiene.

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