La escalada de los precios del cobre se intensificó esta semana, y con ello el principal producto de exportación de Chile ya se acerca a máximos históricos. Sin embargo, esto no le ha reportado al peso chileno ninguna ventaja frente al resto de las divisas del mundo, ya que el bajo carry de la divisa sigue rezagándola en una semana de malas noticias económicas para el país.
En concreto, el futuro de cobre subió 2% este viernes y 5,1% a nivel semanal en la Bolsa de Metales de Londres, por lo que tuvo su mejor semana desde septiembre de 2024 y alcanzó un precio de US$ 10.700 por tonelada (US$ 4,85 por libra), máximos desde el 21 de mayo que no están lejos de su peak histórico de US$ 10.889.
Gran parte de la escalada se debe a restricciones de oferta, ya que el productor estadounidense Freeport McMoRan declaró fuerza mayor en la mina indonesa Grasberg, el segundo mayor yacimiento cuprífero del mundo, después de Escondida en Chile.
"A ello se agrega el menor suministro debido a la inundación en mayo pasado del complejo Kamoa-Kakula, en la República Democrática del Congo, y junto a lo anterior se debe considerar el lamentable accidente de El Teniente, lo que naturalmente también ha disminuido la oferta de cobre", dijo a DF el director ejecutivo de Núcleo Minero, Álvaro Merino.
"Se debe tener presente que las proyecciones para el año 2025 eran un mercado en relativo equilibrio con un leve superávit. No obstante, debido a los accidentes señalados se estima un déficit en el mercado del cobre para el presente año, lo que ha impulsado el precio", elaboró.
Analistas también han señalado que las expectativas de recortes de tasas de interés de la Reserva Federal, junto con la debilidad generalizada del dólar que esto conlleva, igualmente han contribuido en los avances del cobre.
¿Y el peso?
Pero todo esto no le está aportando un gran respaldo al peso chileno. De hecho, la divisa nacional se depreció 0,6% esta semana, ubicándose como la segunda emergente con peor desempeño en el ranking de Bloomberg. La posición del peso mejora sólo un poco en los desempeños del curso de 2025, donde sigue entre las 10 menos favorecidas.
"Hay que entender que el tipo de cambio está determinado por cuatro factores clave: precio del cobre, diferenciales de tasas Chile–EEUU, confianza económica y premio por riesgo. Lo que se ha visto en el último tiempo es que el componente cobre, que era muy importante hasta 2019, hoy es menos significativo. Si bien debería tener algún efecto sobre el tipo de cambio, lo cierto es que ha tomado mayor preponderancia los diferenciales de tasas y componentes de confianza", explicó el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann.
Es comentario habitual entre los estrategas de divisas: a diferencia de sus pares regionales, el peso chileno no presenta un gran atractivo como destino de operaciones de carry trade, donde lo que manda son los retornos en depósitos de moneda local. La tasa de política del Banco Central es de 4,75%, apenas sobre el rango 4%-4,25% de la Reserva Federal. El banco central de Brasil exhibe un 15% de tasa, el de Colombia 9,25% y el de México 7,5%.
Las señales de debilidad económica local presionan al Central a seguir reduciendo las tasas. Según Merino, "el alza del cobre no ha impactado como debiera en la apreciación de la moneda local debido al modesto desempeño de la economía chilena, que en agosto pasado creció sólo 0,5% interanual (Imacec), a lo que se agrega la incertidumbre generada por la crítica situación fiscal".
Lehmann también reparó en que el incidente de la mina Grasberg se prevé como transitorio, algo que no escapa de los cálculos del mercado. Pero planteó que, de todas formas, los cuatro componentes mencionados que configuran el valor del peso chileno han estado moviéndose en una dirección que lo favorece.
"Hay un desalineamiento en el tipo de cambio que tiene que ver con factores de corto plazo, movimientos de flujos. Nosotros prevemos que debería ajustarse, porque estos cuatro factores se han ido moviendo en esta dirección. Esperamos que cierre el año más cerca de los $ 940 y hacia el próximo año en torno $ 910".
El alza del cobre contribuye a un mayor financiamiento fiscal. Merino calcula que, por cada centavo de dólar promedio anual que aumenta su precio, el país recibe US$ 120 millones adicionales por concepto de exportaciones y el fisco US$ 60 millones por mayor tributación de la minería privada y excedentes de Codelco.