Es uno de los ejecutivos más reconocidos en el mundo de las cooperativas de ahorro y crédito que están bajo la fiscalización de la Superintendencia de Bancos. Y aunque el economista Erik Haindl, es también vicepresidente de Coopeuch -la mayor firma de la industria, con una cifra en créditos otorgados similar a la de un banco pequeño-, en esta ocasión prefiere hablar a título personal.
-¿Esta situación implica algún riesgo sistémico para la industria o es más bien de carácter reputacional?
-Si uno observa el resultado total del sector, el panorama es positivo, por lo que no hay una crisis sistémica. Pero sí existe un riesgo reputacional, en el sentido de que la gente pueda percibir que, si algunas cooperativas están con dificultades, esto se podría replicar a todas las entidades. Eso sería injusto para firmas como Coopeuch, que exhibe buenos niveles de patrimonio y de utilidades.
-Por otro lado, ante el elevado riesgo de sus carteras, la SBIF les exigió que aumenten sus provisiones...
-Justamente, por el problema de no pago de los socios que vivimos, se incrementó bastante el riesgo de las compañías. Dicho esto, creo que hay un cierto grado de desacuerdo con la autoridad respecto a cuál es la provisión que corresponde.
-¿En qué sentido?
-Mi impresión personal es que algunas de las normas que quiere imponer la SBIF pueden ser extremadamente conservadoras, ya que se pone en el peor de los casos. Y esto, en el mundo de las cooperativas, significa aumentar las pérdidas, lo que va contra el patrimonio y las puede poner en riesgo de subsistencia.
-¿Qué se podría hacer?
-Que se establezcan criterios simétricos para todos los actores del sistema financiero. Es decir, que las mismas exigencias que la Superintendencia le establece a los bancos debería imponerle a las cooperativas, cuando corresponde a un mismo crédito con similar nivel de riesgo.