Que no son los mejores días para el euro es un dato conocido, pero la incertidumbre del Viejo Continente añadió ayer un nuevo capítulo: el precio de la moneda comunitaria llegó a US$ 1,30, su nivel más bajo desde el 12 de enero pasado.
El retorceso de 1,1% frente al dólar disparó los stop loss (órdenes automáticas de venta) que mantienen inversionistas para acotar las pérdidas ante los retrocesos que ha registrado la moneda comunitaria, lo que contribuyó al tono bajista.
Los analistas concordaron en que uno de los factores que arrastró a la baja a la divisa fue el rechazo de Angela Merkel a cualquier intento de aumentar el límite de financiamiento del futuro fondo de rescate de Europa, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que reemplazará al actual Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF).
Además, ayer se conocieron datos poco alentadores sobre el futuro de Grecia, una de las economías más atribuladas de la Zona Euro: su déficit presupuestario, que ya se encontraba en niveles alarmantes, siguió ampliándose el mes pasado. Asimismo, el sector de la construcción se hundió luego del severo ajuste aplicado por el gobierno.