No son buenos tiempos para el metal precioso por excelencia, el oro. Si antes se consideraba el activo refugio por defecto, en las últimas semanas su comportamiento en los mercados se ha acercado al de otras materias primas, según el Financial Times. Ayer la onza del metal cedió 2,75% para cerrar en US$ 1.590.
La publicación advierte que existe la idea preconcebida de que el oro es un resguardo para los inversionistas funciona bastante bien en períodos donde el temor en los mercados es débil. Sin embargo, agrega, cuando es el pánico el que cunde -con Europa aún dando tumbos para y la economía de EEUU todavía sumamente debilitada- los compradores prefieren el efectivo, y estar en dólares antes que en oro.
La peor noticia para el metal precioso se dio a conocer hace poco, cuando su precio cayó por debajo de su promedio móvil de 200 días. Si bien la señal no es tan significativa como para marcar una tendencia futura, es algo que el mercado observa. Y no sin razón: en agosto de 2008, después de llegar bajo esta media móvil, el precio del oro perdió 20% de su valor en los siguientes tres meses, coincidiendo con el colapso de Lehman Brothers.