Más de un dolor de cabeza está causando la presencia del huracán Isaac en el Golfo de México. Al posible desastre que podría causar en las costas de los estados sureños de Estados Unidos, se suma la paralización temporal de gran parte de la industria del petróleo en la zona: la producción se redujo ayer en más de 90% y muchas de las plataformas extractoras fueron evacuadas ante la inminente llegada de la tormenta a Louisiana, según constató Reuters.
Autoridades locales informaron que el flujo de petróleo desde alta mar cayó en 1,3 millones de barriles diarios desde sus niveles normales, mientras que la producción de gas natural retrocedió en la última jornada en dos tercios. A ello se agregó el cierre de las instalaciones de descarga y los puertos.
La disrupción de la industria del crudo en el Golfo tuvo un impacto inmediato en el precio del WTI: luego de tres sesiones consecutivas de bajas, el valor del barril subió 0,8%, cotizándose al cierre en
US$ 96,32.
El petróleo Brent, por su parte, al no estar afectado por Isaac registró una baja de 0,98% hasta los
US$ 113,39 por barril.
“Es difícil vender en este mercado con una tormenta acercándose a la costa de Louisiana”, señaló la directora de investigación de mercado de la firma Tradition Energy, Addison Armstrong, a Bloomberg. “La expectativa es que el informe de mañana (hoy) muestre una caída significativa de los inventarios. Estos dos factores deberían mantener los precios al alza”, agregó.
De producirse esta baja, los inventarios de petróleo WTI acumularían cinco semanas de retroceso, algo que no se veía desde hace más de un año y que lo llevaría a niveles de marzo de este año.
