Entre 2010 y 2012, Alejandro Ferreiro se desempeñó como director de Norte Grande. En ese rol, el ex titular de la SVS propuso a la mesa directiva una política de inversiones más restrictiva, donde se debía informar al directorio cualquier operación sobre US$ 20 millones.
Sin embargo, entre el período que se propuso y se aprobó la iniciativa, se realizaron tres transacciones que no se informaron al directorio.
Dicha participación es mencionada por la SVS en el expediente de formalización de cargos. En este contexto, Ferreiro defendió ayer su actuar como director, señalando que “me parecía que una sociedad básicamente de inversión, cuyos únicos activos son acciones, no podía entregar irrestrictamente al gerente general la decisión de compra y venta de acciones, sino que esto debía obedecer a una estrategia y a una decisión específica adoptada en el seno del directorio”.
Asimismo, quien fuera superintendente de Valores entre 2003 y 2006 señala que aún es prematuro sacar conclusiones sobre cambios regulatorios a partir de este caso. “Las lecciones se sacan al final del proceso, no en su comienzo ni cuando faltan todavía los descargos y las eventuales aplicaciones de sanciones por parte de la superintendencia. No me parece oportuno insinuar algunas opiniones todavía”.
Respecto de la posible falta de autorregulación de la bolsa local -una de las principales críticas a la Bolsa de Santiago-, Ferreiro considera que “será un tema de debate respecto de si la regulación sobre las operaciones bursátiles garantiza -como exige la teoría- la interferencia y participación de últimos oferentes y demandantes y, por tanto, una correcta formación en el precio de las transacciones”.