CAMBIO DE MANDO EN ARGENTINA

Nicolás Guzmán: El ascenso de la segunda generación en Guzmán y Larraín

El sucesor de José Antonio Guzmán asumió la gerencia general ocho años atrás. Hoy, y de la mano del brazo inmobiliario Río Napo, están presentes en cuatro países del globo con un plan de inversiones de US$ 500 millones para los próximos tres años.

Por: M. Arce y M. Winter | Publicado: Viernes 7 de junio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Tras un corto paso por el mundo de las isapres y coincidente con la llegada de los 2000, Nicolás Guzmán Cruzat (49 años), hijo del referente gremial José Antonio Guzmán Matta, decidió unirse a las compañía que fundó su padre en 1980 junto a su socio Juan Larraín: Empresas Guzmán y Larraín (L&G).

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En 2011 el ingeniero civil de la Pontificia Universidad Católica y MBA de la Universidad de California (UCLA) asumió el cargo de gerente general del holding, pero también de su brazo inmobiliario, Río Napo. Desde entonces, ha estado a la cabeza de la compañía, pero siempre de la mano de sus fundadores, que siguen “muy activos”.

“Tenemos comités tanto de desarrollo como de inversiones y participan los dos socios todas las semanas. Así que están totalmente al día en lo que está pasando en la empresa”, asegura.

En sus casi 40 años de historia la compañía se ha mantenido fiel a su carácter familiar. Pese a que establecieron un protocolo de gobierno corporativo en caso de que algún accionista quiera salir, “porque muchas veces en estas empresas familiares, las segundas o terceras generaciones se terminan separando”, Guzmán señala que, al menos en el corto plazo y mientras su padre y ‘don Juan’ estén activos, no tienen pensado profesionalizar el directorio. Abrirse a bolsa tampoco está en los planes.

Además de la inmobiliaria cuentan con la Constructora L&G, que en momentos en que la economía chilena se ha desacelerado, ha generado el contrapeso necesario para mantener a flote la empresa. En 2016, en el contexto de un bajo crecimiento económico, el holding atravesó un período difícil, admite Guzmán, donde pasaron de tener un promedio anual de 14 proyectos a tan solo dos o tres.

Para no ver afectadas sus ventas, la firma tomó la decisión de concentrar sus esfuerzos en la construcción de viviendas sociales, para lo que se enfocaron en proyectos del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), organismo dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).

A pesar de que han logrado retomar el ritmo y ya tienen para este año cerca de ocho proyectos en carpeta, Guzmán dice que el mercado está “reacomodándose”. “Evidentemente hubo un reacomodo en las expectativas porque se pensaba que se podía crecer bastante más rápido de lo que se ha crecido”, afirma.

Pero no deja de ver el vaso medio lleno: “A pesar del discurso de que todo está mal, yo no estoy de acuerdo con eso, porque si bien los últimos números de la economía no han sido buenos, estamos creciendo más que el mundo y a más del doble de lo que crecíamos hasta hace dos años”.

Foco en Chile

Pese a la diversidad de mercados en los que L&G está presente, Chile sigue siendo el negocio principal. Las ventas en el país representan cerca del 75% de los ingresos de la compañía y se proyecta que siga siendo así.

Río Napo, que tiene desarrollos mayoritariamente en el segmento medio y medio bajo en el centro y norte del país, actualmente tiene proyectos en distintas etapas en Arica, Antofagasta, Iquique, Santiago y Viña del Mar. Con todo, el plan de inversión para los próximos tres años es de US$ 200 millones.

La mirada de L&G es a largo plazo y para eso cuentan con una cartera de terrenos a desarrollar a más de 10 años en las ciudades donde ya están presentes. “En ciudades de regiones tienes que estar presente siempre, porque si no, le pierdes el feeling a la ciudad, pues los mercados son usualmente chicos y se saturan relativamente rápido. Así que si no estás metido en la ciudad, con una perspectiva de tener una cierta estabilidad en el tiempo, es fácil equivocarse”, explica.

Con la constructora han hecho proyectos importantes como es la Escuela de Medicina de la Universidad de Tarapacá y el campus de la Universidad Andrés Bello en Viña del Mar.

EEUU, España e Italia

Poco después de su llegada a la empresa familiar decidieron diversificar y expandir el negocio, pero a diferencia de lo que han hecho varias firmas del país -que optan por mercados similares y cercanos geográficamente-, L&G decidió apostar por países desarrollados.

Así fue como arribaron a Estados Unidos y España en simultáneo, con proyectos de primera vivienda principalmente. Si bien los primeros cinco años fueron buenos, la crisis subprime golpeó con fuerza esos mercados.

“Nuestra estrategia de internacionalización, que en parte le achuntamos y en parte no, fue hacer algo que se moviera de manera radicalmente distinta a Latinoamérica. Cuando tú inviertes en un país como Perú o Ecuador, al final es el mismo riesgo de países emergentes. Además que los mercados de EEUU y Europa tienen la virtud de que toda la gestión de permisos es más eficiente”, explica el ingeniero, quien es también fanático del windsurf y el Jiu Jitsu.

En España ahora están participando en siete proyectos, todos clase A energética. Además, en enero de este año firmaron una asociación estratégica con Exxacon para desarrollar un plan conjunto por US$ 300 millones.

En una magnitud mucho más pequeña, también están con un proyecto en Milán, Italia, donde debido a la demanda contenida que existe, ya vendieron todo el proyecto antes de su entrega.

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Guzmán y Larraín construyó la Escuela de Medicina de la Universidad de Tarapacá, de 5.800 m2.

"Estamos con regulaciones de país desarrollado
y estamos perdiendo competitividad por ello"

Nicolás Guzmán interpreta las palabras del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, respecto de que un trabajador peruano sería más productivo que uno chileno: "Me da la impresión de que él quiso hablar de que toda la regulación aquí en Chile, laboral, medioambiental, etc, está pensada para un país muy desarrollado y eso nos está afectando en nuestra competitividad frente al mundo", dice.
Respecto a la reforma tributaria, afirma que el ideal es que se integre el sistema y que se simplifique. "Nosotros le dedicamos una cantidad de tiempo enorme a hacer bien las declaraciones. Ya antes era difícil, ahora es tremendo. Por ejemplo, estamos en EEUU hace casi 20 años y nunca nos han revisado. Ellos revisan a través de su sistema interno, pero esto de que después de hacer una declaración tienes que ir al SII, es muy enredado".
-¿Cómo ve el ambiente para las inmobiliarias con la incerteza jurídica que han denunciado los gremios el último tiempo?
-Chile hasta hace un tiempo atrás funcionaba razonablemente bien, pero se ha venido abajo. Hoy sacar un permiso de edificación en España es mucho más fácil que sacarlo en Chile. Si antes demoraba seis meses sacar un permiso desde que comprabas el terreno, ahora por lo menos te toma un año. En España en cambio anda del orden de los ocho meses o menos. En EEUU te demoras alrededor de un año, pero las reglas están mucho más claras.
-¿Cómo ve el cambio de mecanismo de mitigaciones viales?
-Hay que ver cómo funciona, pero creo que se va a traducir en un doble costo de todas maneras. Porque igual vas a tener que hacer obras de mitigación en las cercanías de tu proyecto y además aportar a los planes de infraestructura de cada municipalidad.

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