Londres
Para Máximo Pacheco, presidente del Directorio de Codelco, “Chile es minería, Chile es cobre”. Pero la ministra del ramo, Aurora Williams, llegó a Londres con un mensaje algo diferente: Sí, Chile es cobre, pero, es más.
141 proyectos mineros de tierras raras en marcha a nivel global ha detectado S&P Global
Durante un encuentro con inversionistas organizado por la Sociedad Anglo-Chilena, Williams presentó al país como un hub minero con potencial para proveer al mundo no sólo de cobre y litio, sino también de las codiciadas tierras raras y otros minerales críticos como cobalto y selenio.
El mensaje de Williams durante la LME Week, evento anual de la industria en Londres, coincide con la carrera de los países desarrollados por buscar nuevas fuentes de elementos necesarios en semiconductores, dispositivos médicos, defensa, baterías, autos eléctricos, pantallas, entre otros.
Dicho interés ganó urgencia después de que China anunciara nuevas restricciones a la exportación de tierras raras y baterías de litio, en una medida que puede causar serias interrupciones en las cadenas de suministro a nivel global.
De no mediar un acuerdo con EEUU, a partir del 8 de noviembre, China restringirá la exportación de baterías de ion-litio y de 12 de los 17 elementos que componen las denominadas tierras raras. Además, las empresas extranjeras que produzcan tierras raras o imanes necesitarán un permiso especial de exportación, si el producto final contiene desde 0,1% de minerales, materiales o tecnología china.
Analistas de Benchmark Minerals apuntan que la obtención de este tipo de licencias en China queda a discreción del Ministerio de Comercio, su trámite puede demorar dos o tres meses, y usualmente implica que las empresas revelen información estratégica de sus negocios como datos de venta, clientes, historial comercial y el usuario final.
Medidas similares adoptadas por China en abril pasado, apuntando a siete elementos de las tierras raras, provocaron serias interrupciones para los fabricantes de automóviles eléctricos. Por ejemplo, Ford tuvo que cerrar una de sus plantas una semana completa debido a la falta de materiales.
Desde entonces, las empresas han buscado acumular inventarios, y varios países han desplegado estrategias para reducir su dependencia del control de China sobre la producción y procesamiento de minerales críticos, que alcanza hasta el 90% en el caso de las tierras raras.
La mayor ofensiva es de EEUU. El Gobierno de Trump ha adquirido participaciones de alrededor de 10% en Lithium Americas (litio), Trilogy Minerals (cobre y otros minerales críticos), Critical Metals (tierras raras) y MP Minerals (tierras raras). A esto se suma el contrato por 10 años de MP Minerals con el Pentágono, que incluyó un piso para el precio de los imanes demandado en equipos de defensa.
La UE busca una acción conjunta de los países del G7 para presionar a China a no imponer las restricciones, pero también para desarrollar proyectos conjuntos para garantizar el suministro de los minerales. En agosto pasado, Solvay inauguró la segunda planta de procesamiento de tierras raras en Europa. Ubicada en la costa occidental francesa, la planta de Solvay aspira hacia 2030 a proveer de un tercio de las necesidades de la UE por estos materiales. Sin embargo, la región carece de minas operativas de las cuales obtener los recursos, por lo que ahora se limitan a reciclarlos.
“Para los proyectos fuera de China, hay una oportunidad de atraer inversión pública y privada. Quienes sean capaces de ofrecer cadenas de suministro confiables estarán bien situados para beneficiarse de un mercado estratégicamente crítico y en rápida fragmentación”, apuntan desde Benchmark Minerals.
Bajo esa línea, en agosto pasado el Gobierno australiano aceptó financiar el salvataje de dos fundiciones de plomo y zinc de Trafigura, a cambio de que el gigante trader de commodities desarrolle una cadena de suministro de tierras raras en ese país.
Un estudio de S&P Global a septiembre pasado identifica un boom en proyectos mineros de tierras raras, con 141 en marcha a nivel global, con especial concentración en Australia, Canadá, y Brasil.
Chile aparece en la lista con el proyecto de la canadiense Aclara en Penco, en la región del Biobío. Se trata de un desarrollo de tierras raras a partir de arcillas iónicas, de más fácil procesamiento que los proyectos de roca. CAP tiene el 13,3% de la propiedad de Aclara. La firma ingresó el pasado 14 de octubre las respuestas a la segunda ronda de observaciones medioambientales, en la que espera sea la etapa final de aprobación, con miras a producir a partir de 2027.
En su recién lanzada Estrategia Nacional de Minerales Críticos, puesta a consulta pública a fines de septiembre, el Ministerio de Minería también identifica que el yacimiento Cerro Carmen en Atacama “muestra presencia de tierras raras mezcladas con otros metales (también de interés comercial) como hierro, titanio y uranio”.
También se han detectado altas concentraciones de varios elementos de tierras raras en los salares hasta ahora explotados para la extracción de litio.
Más avanzada es la estrategia de Brasil. Dueño de las segundas reservas probadas de tierras raras en el mundo (con un 23%), detrás de China, el gigante sudamericano se perfila como un actor clave en la estrategia de Occidente para desacoplar sus industrias del control de Beijing sobre los materiales críticos. S&P Global registra al menos seis proyectos avanzados y una decena en etapa temprana desde 2024.
Uno de esos proyectos es de Aclara. Se trata del módulo Carina, en la región de Goias, que ya cuenta con una planta piloto y con potencial de producir el equivalente al 13% de las tierras raras producidas por China hoy, afirma la minera. Aclara ha re cibido recientemente US$5 millones de financiamiento de la agenda de desarrollo estadounidense. Mientras, St George Mining, con financiamiento de la australiana Gina Rinehart, está desarrollando el proyecto Araxá en Minas Gerais, que ya cuenta con un acuerdo para proveer tierras raras de alta calidad a la industria de defensa estadounidense.
El secretario del Tesoro, Scott Bessentt, ha asegurado que la intención de la Casa Blanca es avanzar a toda velocidad en la autosuficiencia no solo en la producción sino también procesamiento de tierras raras y otros minerales críticos.
Sin embargo, en una reacción a los anuncios, Julian Kettle, vicepresidente de Metales y Minería de Wood Mackenzie, advierte que no es posible reemplazar a China de inmediato o desarrollar una cadena global de minerales críticos sin contar con algún tipo de acuerdo con ellos. El experto recuerda que el dominio chino no se debe solo a sus reservas de los recursos, sino a que por décadas ha desarrollado la tecnología para procesarlos. Conocimiento que no hay en Occidente. “Si otros países quieren la mejor tecnología, van a tener que trabajar con empresas chinas”, apunta.
El mercado por ahora está anticipando que EEUU y China resolverán su impasse más reciente y extenderán su tregua comercial, llevando a Beijing a no aplicar su amenaza de restringir las exportaciones de tierras raras y otros materiales clave como las baterías de ion-litio.
Pero al recordar al mundo su poder sobre estos minerales, y con ello sobre varias industrias a nivel mundial, el país asiático también ha desatado una carrera alrededor del mundo por reducir su poder sobre ellos. No será tan rápida como aspira Washington, pero es una tendencia que apunta a no detenerse. 