Antes de comenzar esta columna, permítanme la advertencia -ya usual- de que todo puede cambiar en cualquier minuto. Al cierre de esta edición, se especula con un ataque directo de EEUU contra Irán este fin de semana. De ser el caso, la apertura del mercado el lunes estará marcada por una búsqueda de refugio en algunos de los activos que analizamos en esta edición.
Pero si se evita el peor escenario (una guerra abierta), la atención girará hacia el Capitolio. Primero, la Casa Blanca se enfrenta al escenario impuesto por el presidente Donald Trump para fijar aranceles de forma unilateral.
El pasado junio 12, Trump dijo que enviarían cartas a los demás países “en una o dos semanas” comunicando las nuevas tarifas, debido a las dificultades para negociar con todos en simultáneo.
A eso se suma la ajustada carrera en la que están los senadores republicanos. El jefe de la bancada, John Thune, tiene hasta el viernes 27 de junio para lograr que el Senado apruebe la reforma tributaria y fiscal de Trump. Para luego pasar a aceleradas negociaciones para que la Cámara apruebe los cambios introducidos por el Senado.
El presidente aspira a presentar su “One big beautiful bill” (o “3B Bill” como la llamó el secretario del Tesoro) durante las celebraciones del Día de la Independencia el 4 julio.
La reforma combina varias promesas de campaña de Trump, la extensión de recortes tributarios que están por vencer, nuevas exenciones impositivas, el aumento en gasto de defensa y, para compensar, algunos recortes de gastos en salud y subsidios.
La debilidad del dólar y el alza en las tasas de los bonos del Tesoro son consecuencia, entre otros factores, del nerviosismo que el proyecto causa en el mercado. Según estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, la megareforma de Trump aumentará la deuda federal en US$ 3,3 billones y el déficit en US$ 2,8 billones en 10 años, incluso descontando el mayor crecimiento económico que puedan generar los cambios tributarios.
De ahí que, sin mediar otro evento geopolítico, la atención de Wall Street estará en el Congreso.
¿Estímulo en camino?
También será el legislativo el que concentre las miradas en China. El Comité Permanente de la Asamblea Popular China se reúne a partir del martes 23. En agenda están los cambios a la Ley Antimonopolio y por la Justa Competencia. Pero, considerado el escenario de incertidumbre arancelaria, hay expectativas en el mercado de que el máximo organismo legislativo de China aborde el conflicto comercial con EEUU y determine nuevas medidas para impulsar la economía.
A pesar de un repunte en las ventas de retail durante mayo, el mercado ve con preocupación el impacto del alza de aranceles de EEUU en la demanda por productos chinos, que ya ha provocado una desaceleración importante en la producción industrial y de manufacturas. Mientras, la tasa de inflación anual se contrajo en mayo por cuarto mes consecutivo, agravando el temor a que China entre en un largo proceso deflacionario.
Material para la Fed
La próxima semana además traerá nuevos datos para la Fed. Usualmente, es el informe del índice de precios de gasto de consumo personal (PCE) el que concentra la atención del mercado. Sin embargo, el reporte que se publicará el viernes 27 corresponde a mayo y llega una semana después de que la Fed haya entregado ya su decisión de política monetaria y nuevas proyecciones.
Éstas últimas contemplan al menos dos recortes de tasas antes de que termine el año, y considerando que la Fed quiere conocer primero la definición sobre el nivel de los aranceles, y ver el comportamiento de precios durante el verano, lo más probable es que el primer movimiento de tasas espere hasta septiembre.
Otro reporte con mirada retrospectiva será la lectura final del PIB del primer trimestre, que se publicará el jueves 26.
Pero el mercado recibirá algunas cifras de junio. El lunes 23, S&P Global publica la primera estimación de los índices PMI de junio. A diferencia de la Eurozona, donde la actividad roza territorio de contracción (niveles bajo 50), la actividad tanto de manufacturas como de servicios se mantiene en territorio de expansión en EEUU. El mercado anticipa que el reporte confirme un estancamiento en el sector manufacturas y una mayor expansión en servicios.
El martes 24, el influyente think tank Conference Board publica el índice de confianza de los consumidores. Analistas esperan ver una caída en la medición de junio, afectada además por la campaña antimigración en EEUU y la posibilidad de una intervención en Irán.
Además, las cifras de ventas de viviendas nuevas (miércoles 26) ofrecerá otra señal sobre la confianza de los hogares estadounidenses en la economía. El mercado espera que el reporte, que corresponde a mayo, muestre una contracción mensual de 5,8%.
Las señales de desaceleración se están acumulando en EEUU. El Gobierno de Trump se está quedando sin tiempo para llegar a la celebración del 4 de julio. En lugar de crecer, la economía se desacelera, el daño económico causado por su arremetida anti migratoria lo obligó a moderar las redadas, y la incertidumbre arancelaria se mantiene ante la falta de acuerdos comerciales. De ahí la presión sobre los senadores republicanos. Trump necesita su “one big beautiful Bill” para tener algo que mostrar. De aprobarse a tiempo, él celebrará. El mercado no tanto.