Inversión en autos clásicos supera a los hedge funds en retornos
En Chile hay tres Mercedes-Benz Alas de Gaviota de la década del 50. Son autos muy cotizados, tanto que cada uno supera el millón y medio de dólares en remates internacionales.
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Es uno de los hobbies más caros que puede existir; pero para otros puede ser una estrategia de inversión rentable, muy rentable: los autos clásicos.
A nivel internacional, y según una crónica de Financial Times, los Ferrari y los Porsche han superado cómodamente a muchos administradores globales líderes de hedge fund en la última década, con retornos por la inversión en autos clásicos de tres dígitos.
Según el índice de inversión en lujo Knight Frank, los inversionistas en autos de lujo vieron subir sus retornos en cinco y diez años hasta el 31 de marzo de 2016 en 161% y 467%, respectivamente. Las cifras de Preqin, el proveedor de datos, revelan que el promedio de los hedge fund en los mismos períodos reportaron retornos de 4,75% y 7,83%.
Mientras los administradores de fondos individuales registraron mayores ganancias en los últimos doce meses que las inversiones alternativas, los autos clásicos reportaron retornos de 17%, en comparación con una caída de casi 2% en el fondo de cobertura promedio.
Los precios de subasta también se han mantenido altos para muchos autos de lujo. En febrero, un Ferrari 335 Sport de 1957 se vendió a más de 32 millones de euros, un récord en euros para el auto de carreras más caro comprado en una subasta.
A nivel local la situación no es muy distinta.
En los últimos años, la demanda por los autos antiguos en Chile ha sido explosiva. Estos se dividen en dos categorías: las conocidas burritas, vehículos fabricados hasta la década del 30, y los sports clásicos, que se construyeron entre los años 40 y 80. Estos últimos -entre los que se cuentan los clásicos Ford Mustang y Chevrolet Camaro- son los que más se transan, porque muchos se pueden usar a diario, pues es más factible que aprueben la temida revisión técnica.
“Para mí esto es un hobby, yo no vendo autos. La mayor demanda en el exterior hace que este tipo de autos estén más caros”, afirma uno de los mayores coleccionistas de Latinoamérica, Jesús Diez González, dueño de Tur Bus.
Este empresario posee una colección de más de 70 autos que exhibe en un museo en la comuna de Estación Central. Algunas de sus joyitas son un Bugatti de 1924 y un Mercedes-Benz Alas de Gaviota del año 1954.
De este último modelo existen sólo otros dos en el país: uno en manos de la familia Kaufmann, representante de la casa alemana en Chile, y otro en poder de Alexander Köhler, gerente general de la misma empresa.
Se estima que el costo aproximado de cada uno de estos autos, según remates efectuados en el extranjero, puede rondar los US$ 1,5 millón.
Los principales coleccionistas del país, aparte del mencionado Jesús Diez, son el empresario Carlos Cardoen, Jorge Macan, Luis Alberto Gálmez y Hernán Levy.
Sin embargo, en el último tiempo el espectro de quienes participan en esta actividad se ha ampliado.
“Hoy tenemos de todo: empresarios, gente no con grandes sueldos y estudiantes. Es una moda que no necesariamente es para una persona rica: hay que tener el entusiasmo y el amor”, ha dicho Gerardo Kalbhenn, presidente del Club de Automóviles Antiguos de Chile y dueño de la Pastelería Mozart.
El negocio está más movido luego que en enero del año pasado, se promulgó una ley que permite la importación de vehículos antiguos o históricos, usados, de cincuenta años o más; estos deben contar con el reconocimiento como tal por parte una institución designada por Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en este caso el Club de Automóviles Antiguos de Chile.
“Los autos antiguos son una inversión. Han subido de precio y llegan a valores como los cuadros de los pintores clásicos”, explica Carlos Cardoen.
El empresario tiene un museo en Lolol, donde exhibe el automóvil más antiguo que hoy existe en Chile, un Everett de 1896, un vehículo experimental que compró en EEUU y que restauró completamente en Chile. También tiene un Dupressoir de 1903 (Francia), una réplica del famoso auto de la película “Volver al futuro” y un Mercedes Benz blindado que utilizó Pinochet.
“Estos autos son absolutamente una buena inversión. Eso sí hay que tener conocimiento para restaurar autos clásicos y tener ojo para saber cuáles son los que van a llegar a ese estatus”, destaca.
Pero Cardoen precisa que no está en “búsqueda de las lucas”, sino más bien en poder armar un museo de autos antiguos para fomentar lo que el denomina “turismo cultural” para atraer personas a la Sexta Región, y en particular a Colchagua.
El costo de restaurar un vehículo
Los hermanos Carlos, Ricardo, Augusto y Antonio Torres son reconocidos en el mundo tuerca como unos de los mejores restauradores de autos del país. La empresa partió en 1980 y han recibido vehículos traídos de Bélgica y España.
Argomedo Performance dejó el negocio de restaurar vehículos por lo poco rentable de la actividad.
Carlos Argomedo explica: "Es imposible cobrar las horas hombre necesarias para hacer una buena restauración. A esto se suma que es muy caro importar repuestos para esta parte del mundo debido al alto precio del flete, entre otras consideraciones".
Hoy, Argomedo Performance se dedica exclusivamente a la mantención de autos de alto estándar. De hecho, es el taller oficial de marcas exclusivas como Aston Martin, Mclaren y Lotus.
"Hay muy pocas personas capacitadas para hacer una buena restauración en Chile. En los únicos en quienes puedo confiar es en los hermanos Torres", señala Carlos Argomedo.
El experto recuerda que hace unos años visitó el país uno de los hombres más respetados a nivel mundial en lo que dice relación con la restauración de autos clásicos: Chip Foose, del programa Overhaulin.
Sólo pintar un auto en su taller en California cuesta alrededor de US$ 60 mil. Restaurar un auto completamente varía etre los US$ 800 mil y los US$ 3 millones, explica Argomedo.
"Tiene que ser un auto muy exclusivo para invertir esa cantidad de plata", sostiene el experto, quien revela que en Chile muchos coleccionistas dejaron de restaurar autos y están aprovechando la nueva ley que permite importar autos clásicos con más de 50 años.
"El negocio de los autos clásicos no es tan rentable como se pinta. Es más bien cíclico. Si bien nadie va a perder plata con un auto de este tipo, es difícil que los precios se disparen mucho. Tienen que ser autos muy exclusivos, que se hayan construido dos o tres a nivel mundial para que alcancen valores históricos", afirma Carlos Argomedo.
El auto más caro en chile cuesta Más de US$ 2 millones
El mercado automotriz chileno puede vanagloriarse de ser uno de los más competitivos a nivel mundial. Más de 50 marcas compiten por el gusto de los clientes.
Pero hay un selecto grupo de compradores que tienen las ganas, y por sobre todo la billetera, para comprar los modelos más exclusivos.
Actualmente, el auto más caro que transita por las calles del país es un modelo Pagani Zonda 760 RS de propiedad de Marcos Hites, de la multitienda que lleva su apellido. El modelo cuesta más de US$ 2 millones.
"Ese auto no debe tener más de 200 kilómetros de uso, se usa muy poco. Creo que aún no se le ha hecho ninguna mantención", afirma Carlos Argomedo.
Su motor V12 de origen AMG de 760 caballos de fuerza está montado bajo una carcasa de fibra de carbono. Hace el 0 a 100 kms en sólo 2,9 segundos.
Según se ha publicado, el auto partió inicialmente siendo un modelo 750, pero el pedido fue cancelado por un comprador de Medio Oriente. Horacio Pagani lo convirtió en un 760 RS y encontró un nuevo comprador en Chile.
Una de las últimas joyitas en llegar al país fue el Ferrari LaFerrari. Con 950 caballos de potencia, se fabricaron 499 unidades. Su precio parte en US$1,4 millón.
Antes ya había llegado al país el Aston Martin One77, que tiene un costo superior a los US$ 1,5 millones. Ha sido el modelo de mayores prestaciones, mayor lujo y mayor trabajo de diseño que ha lanzado Aston Martin en muchos años.
Entre enero y mayo de 2016, se han vendido siete autos Ferrari nuevos en Chile, y otros cuatro Maserati.