Tumulto por el cargo en el FMI expone divisiones globales

La renuncia de Dominique Strauss-Kahn a la dirección ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) tras su arresto en Estados Unidos dejó vacante el primer puesto del FMI en momentos en que el Fondo juega un rol crítico en ayudar a reforzar las débiles finanzas de los miembros “periféricos” de la eurozona. En sus 65 años de historia, los diez directores del FMI (incluyendo a Strauss-Kahn) han sido europeos, con cuatro franceses, dos suecos, un alemán, un holandés, un belga y un español. Pero, los no europeos, y los mercados emergentes en particular, ahora piden un cambio. Los críticos del sistema actual argumentan que el proceso debería ser abierto y que es injusto que Europa monopolice un puesto tan importante, en especial porque los países emergentes están cambiando el equilibrio del poder económico global.El directorio del FMI atiende a estas preocupaciones, declarando en un comunicado de prensa que el proceso de selección para el sucesor de Strauss-Kahn será “abierto, basado en mérito y transparente” y que la geografía no será un factor. El directorio manifestó que el proceso de nominación de candidatos irá del 23 de mayo al 10 de junio, y que espera hacer la selección final de una lista corta de 3 candidatos para el 30 de junio. El comunicado afirma también que el FMI “podría” elegir al sucesor de Strauss-Kahn por una votación entre los miembros de su directorio, aunque prefiere llegar a una decisión por consenso.La mención de un posible voto señala el reconocimiento del Fondo de los llamados a democratizar el reclutamiento de su director ejecutivo. Que las demandas por un cambio se estén intensificando es también un reflejo del cambio en la composición de la economía global en los últimos años, como resultado del rápido crecimiento de grandes mercados emergentes como China y los otros países BRIC. El FMI ha respondido aprobando el ajuste de los derechos de voto de los países para darle un mayor peso al mundo emergente. Ahora está bajo presión para extender esto a la selección de su director ejecutivo.Dicho eso, hay varios factores que sugieren que la selección de un europeo sigue siendo el resultado más probable. Ocho de los 24 directores del Fondo son europeos, con derechos de voto que representan 34,28% del total. Eso no garantiza unanimidad, considerando que la mayoría de los directores (fuera de quienes representan a EEUU, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido) debe votar por varios países, no sólo el suyo, y pueden sentir presión por apoyar candidatos alternativos. Pero es probable que el voto europeo favorezca la selección de un candidato europeo. Igual de importante, EEUU tiene 16,8% de los derechos de voto por sí solo y es probable que respalde la elección de los europeos. Hasta ahora EEUU se ha visto neutral, en parte porque no se conoce la lista final de candidatos y probablemente también en parte como una concesión simbólica a las sensibilidades de los mercados emergentes. Sin embargo, desafiar la convención de que un europeo lidere el FMI podría llevar a cuestiones igual de incómodas respecto de la tradicional presidencia estadounidense del Banco Mundial. Es improbable que EEUU siga este camino.Dados estos factores, está claro lo difícil que será para los mercados emergentes promover candidatos propios. Es más así considerando las probables divisiones entre los países en desarrollo sobre la elección de cualquier candidato. México, por ejemplo, apoya al director de su Banco Central, Agustín Carstens. Pero esto puede crear rivalidades con otros países latinoamericanos, mientras que otros grandes miembros emergentes del FMI (China, Rusia, o Sudáfrica, por ejemplo) pueden tener ideas muy diferentes respecto del mejor candidato. Estos factores podrían dividir el voto de los mercados emergentes, si el directorio no consigue la elección por consenso.