Victoria de Obama permitirá a Estados Unidos ahondar su presencia en Asia

El gran déficit fiscal de EEUU significa que los recursos son acotados, pero Asia no se privará de la atención del presidente.

Por: | Publicado: Viernes 9 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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La cómoda victoria electoral de Barack Obama el 6 de noviembre le ha dado al presidente de Estados Unidos el apoyo necesario y el tiempo requerido para implementar la política exterior asiática que fue delineada durante su primer mandato. Los próximos cuatro años verán un cambio desde una década de enfrascamiento en interminables batallas contra militantes islamistas en Afganistán y Pakistán hacia un mayor compromiso diplomático en el este y sudeste de Asia, y en particular con esos países que se han ofrecido voluntariamente como bastiones contra China. El gran déficit fiscal de Estados Unidos significa que los recursos son acotados, pero Asia no se privará de la atención del presidente.

Hasta que Obama demostró su disposición a tomar un riesgo calculado una noche en el pueblo pakistaní de Abbottabad en mayo de 2011, durante gran parte de su primer mandato sus prioridades en política exterior fueron dictadas por la necesidad de continuar las operaciones iniciadas por la administración previa en Afganistán y Pakistán. El asesinato del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, junto con el anuncio de un calendario para el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán, le permitieron a Obama delinear una visión de un futuro compromiso de Estados Unidos en Asia. Sin embargo, hasta el momento de su reelección no tuvo el tiempo para implementar su estrategia. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo.



Hacer amigos, de forma barata


No obstante, Obama tendrá que redefinir las relaciones de su país con Asia con una mano atada detrás de su espalda. En un intento por equilibrar las cuentas, al menos 
US$ 450 mil millones serán recortados del presupuesto de defensa de EEUU en la próxima década y, por lo tanto, la administración tendrá que hacer más con menos. El país intentará lograr esto cambiando el alojamiento de las tropas estadounidenses en caras bases militares permanentes en suelo asiático (como la de la isla japonesa de Okinawa) a una estrategia de tropas rotativas a través de diferentes puertos. Esto será más barato, pero también requerirá mayor cooperación por parte de los anfitriones asiáticos. En los meses previos a que la campaña presidencial fuera el foco, el Departamento de Estado tanteó el terreno en Tailandia y Vietnam y recibió una cálida respuesta. Ahora se llevarán a cabo negociaciones más detalladas. 
El gobierno de Estados Unidos continuará gastando una parte significativa de su presupuesto de defensa en el sur de Asia. El entusiasta apoyo de Obama por el uso de drones significa que ataques no tripulados contra militantes islamistas en Pakistán seguirán realizándose durante su segundo período (para el desagrado del debilitado gobierno pakistaní), pero las presiones presupuestarias significarán que la política exterior se asemeje a un juego de suma cero, con el involucramiento en Afganistán y Pakistán siendo reducido en favor de una mayor presencia de Estados Unidos en el sudeste asiático. El retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán en 2014 será un momento de bastante ansiedad en la región, con India, Pakistán y China permaneciendo escépticos de la habilidad del gobierno afgano para funcionar de forma autónoma. Hay espacio para lazos más fuertes con India (Obama fue bien recibido en una visita de Estado en 2010), pero actualmente el comercio bilateral es sólo una fracción de su potencial. Existe la sensación de que los vínculos indo-estadounidenses podrían aumentar, pero no hay ningún proyecto que iguale el histórico acuerdo nuclear firmado en 2008 por el predecesor de Obama, George W. Bush.

El poder blando de EEUU será más visible los próximos años en Indonesia, Vietnam, Filipinas y Tailandia, y Taiwán. El rápido crecimiento de estos países llevará a un mayor comercio con EEUU y más lazos militares. El sudeste de Asia probablemente también sea el terreno donde EEUU evalúe a China. Hasta ahora Obama ha ofrecido un apoyo vocal a Vietnam y Filipinas en sus disputas territoriales con China. Este respaldo continuará en su segundo mandato, aunque no tendrá el alcance que desean dichos países.

La relación económica de EEUU y China es de suficiente valor para asegurar que Obama evitará alinear a su país con los países del sudeste de Asia contra China en el diálogo por la disputa territorial. El lazo con China será tratado con cuidado: la línea pragmática de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en que las diferentes visiones sobre derechos humanos quedaron al margen en los encuentros bilaterales, probablemente sea mantenida.

Una de las relaciones de EEUU que de forma inesperada han crecido más, aquella con el gobierno birmano, tendrá oportunidad de crecer. Obama ha actuado con rapidez para apoyar la apertura política que ha ocurrido los últimos 18 meses en Myanmar. Ha recompensado al presidente reformista, Thein Sein, con la suspensión de las sanciones económicas, que podrían ser levantadas aún más si el gobierno birmano libera a los presos políticos y firma la tregua con grupos armados de minorías étnicas. La próxima elección parlamentaria en Myanmar, en 2015, representa un potencial punto de presión a menos que se reforme la Constitución. Myanmar también saludará el regreso de la inversión de EEUU para equilibrar una economía fuertemente dependiente de China, mientras EEUU reconocerá la oportunidad para ampliar su influencia en un nuevo mercado.



¿Un nuevo comienzo?


Obama también intentará hacer contacto con Asia mediante las negociaciones para un acuerdo de libre comercio pan-Pacífico que fue discutido en 2011, pero los avances serán lentos. A través de la participación en organismos internacionales, Obama podría intentar llenar algunos de los vacíos dejados por los recortes de defensa. EEUU se unió a la Cubre del Este de Asia en el primer mandato de Obama y aumentó su participación en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Esta tendencia probablemente continúe. El enfoque hacia Asia probablemente sea muy distinto en el segundo mandato, más libre en virtud de que buscará tener las relaciones que desea más que operar dentro de aquellas que heredó.



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