Primero fue Intel. Luego, MP Materials. Y ahora, Lithium Americas, una firma canadiense que desarrolla el proyecto de litio más grande de EEUU, en medio de rumores que apuntan a un posible ingreso del gobierno estadounidense a su propiedad.
Esta secuencia ha ocurrido en solo dos meses y no es casual: en todas estas compañías ha habido participación —ya sea directa o a través de agencias federales— del Estado norteamericano. Y cada vez que se concreta una inversión o aparece una señal de interés, el patrón es el mismo: las acciones de esas empresas se disparan.
En Wall Street ya le pusieron nombre: follow the feds. Se trata de una estrategia de inversión basada en seguir los movimientos de los organismos federales y anticiparse a su impacto en los mercados. Cuando la administración de Donald Trump anunció su intención de adquirir una participación del 10% en Intel, las acciones reaccionaron de inmediato. Desde el anuncio, hecho a fines de agosto, los títulos de la compañía tecnológica acumulan un alza superior al 70%.
Lo mismo ocurrió con MP Materials, una firma estadounidense dedicada a la explotación de tierras raras. Sus acciones se dispararon en julio, luego de que el gobierno federal anunciara su intención de tomar una participación relevante en la compañía, que opera la única mina activa de este tipo de minerales en Estados Unidos. El patrón se repitió: desde comienzos de año, sus papeles han subido más de 300%.
La última es Lithium Americas. La semana pasada la administración Trump propuso tomar una participación accionaria en la minera mientras la compañía renegocia un préstamo de US$ 2.200 millones del Departamento de Energía para un megaproyecto de litio en Nevada. El acuerdo – todavía en evaluación- encendió al mercado: la acción subió más de 90%.
Para Javier Mella, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, este fenómeno no es nuevo —recuerda que la administración Biden también tomó medidas similares—, pero advierte que este tipo de intervenciones “abre la opción a riesgos de intervención política en los negocios más allá de lo recomendable”.
Qué dicen las redes
El mercado ve esta estrategia como un catalizador: la administración Trump se está convirtiendo en un motor directo de las valorizaciones de distintas empresas.
Una de las formas de medir este interés es a través de las redes sociales. El viernes pasado, Intel fue la acción con más menciones positivas en el subreddit r/WallStreetBets durante 12 horas consecutivas, según datos de SwaggyStocks. Es decir, hay interés, y mucho, en seguir de cerca a las compañías que cuentan con respaldo federal.
A finales de septiembre una conocida cuenta en X, @buccocapital, publicó: “Si no tienes al menos algunas acciones de $INTC, ¿qué estás haciendo? Es irresponsable no tenerlas. Es una emergencia nacional hacer que esta empresa funcione, y Trump va a presionar a todo el mundo para que invierta dinero o se registre como cliente durante los próximos tres años”.
Esa es, en el fondo, la apuesta del mercado: que la entrada del gobierno estadounidense en firmas como Intel sirva para reimpulsar a compañías que atraviesan un momento complejo, marcado por ventas débiles y una compleja competencia global. Y ahí podría abrirse una oportunidad de inversión, aunque no exenta de riesgos.
Mella opina que hoy “el principal generador de cambios en los precios de los activos es Trump. En particular, si uno se focaliza en estas estrategias por parte del gobierno estadounidense, uno tendría que mirar empresas en sectores críticos en términos de insumos estratégicos, energía o manufactura. En cuanto a si conviene subirse o no, depende de la tolerancia al riesgo y horizonte de inversión”.
¿Las próximas?
Lo interesante de este fenómeno es que no solo se benefician las firmas que reciben directamente el respaldo del Estado gringo. El efecto se expande a todo el sector, alcanzando a compañías complementarias o incluso competidoras. Y ahí aparecen nuevas oportunidades de inversión. Por ejemplo, USA Rare Earth —proveedora en la cadena de tierras raras— subió más de 70% tras el anuncio sobre MP Materials, leído en el mercado como un espaldarazo a toda la industria.
Energy Fuels, con foco en uranio y tierras raras, ha avanzado más de 168% en el año. NioCorp Developments, especializada en minerales críticos, acumula un alza superior al 300%. Y Ramaco Resources, dedicada a la minería de carbón, registra un salto cercano al 190% en lo que va de 2024.
Todas estas compañías forman parte de la lista de potenciales objetivos que podrían captar la atención del Estado norteamericano. Y ahí se abre una posible ventana de inversión que conviene observar de cerca, aunque siempre con cautela.
Y ojo con algo: no siempre el respaldo estatal asegura un buen desenlace. El caso de China es ilustrativo. Durante años impulsó a sus “campeones nacionales” con financiamiento y subsidios, pero bastaron cambios regulatorios y virajes políticos para borrar miles de millones en valorizaciones bursátiles.