Mario Marcel: “No siento que haya cambiado mucho mis ideas políticas a través del tiempo”
A dos meses de dejar Teatinos 120, el economista está dedicado a recuperar tiempo junto a su familia y a escribir un libro acerca de su experiencia desde el estallido social hasta el año 2024. Defiende al Gobierno y entrega su versión respecto de las críticas del CFA frente al escenario fiscal.
Publicado: Sábado 18 de octubre de 2025 a las 21:00 hrs.

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Por estos días se cumplen dos meses desde que dejó el Ministerio de Hacienda, pero aún muchas personas lo saludan en la calle, le agradecen. “Eso es bien emocionante”, dice Mario Marcel en su nueva oficina en calle La Concepción, en la comuna de Providencia. Pero no siempre es así. Hace unos días, al llegar a su departamento una persona pasó a su lado y le murmuró “comunacho”.
“Yo le pregunté al caballero que para qué me decía las cosas de lado, que conversáramos. Ahí me contó la historia de su madre, que tenía un negocio que lo había perdido porque le habían entrado a robar varias veces”, narra el economista en su tono tranquilo, sin altibajos, el mismo que tenía cuando habitaba Teatinos 120.
La pared de su despacho está repleta de fotografías que dan cuenta de distintas escenas de sus años en el servicio público, en la Dirección de Presupuesto en los años 2000, y en el consejo del Banco Central desde 2015 -un año después, en diciembre de 2016, asumiría la presidencia-, y desde marzo de 2022 en el Ministerio de Hacienda.
- Fueron casi 10 años en la primera línea de las decisiones económicas, ¿cómo vive ese proceso?
- Es una transición que no es fácil. Por supuesto que dejar la presión diaria de Hacienda es un alivio, pero por otro lado no es fácil desenchufarse de la coyuntura. Hay cosas que a uno le gustaría decir, pero ya no corresponde. La idea es poder tomar más perspectiva, antes que involucrarse en la discusión de la semana. Aquí en Chile el 90% de los temas duran una semana.
- Cuando salió de Hacienda adujo razones personales, dedicar más tiempo a los hijos, ¿ha conseguido hacerlo?
- Sí, con mi hijo que vive conmigo, pero también ahora fui a ver a mi otro hijo, que está en Barcelona. Estuve con él ahí unos días, no lo veía hacía un año.
- ¿Se resiente mucho la familia en estos cargos?
- Nunca olvidaré una vez conversando con Sergio Molina que me contó, casi con lágrimas en los ojos, que del tiempo en que él fue ministro de Hacienda, años más tarde una de sus hijas le dijo que lo habían perdido de vista durante años y que costaba mucho perdonarlo. Eso le pasa a mucha gente que ocupa cargos. En mi caso, 19 años ya era harto tiempo.
"Hay cosas que a uno le gustaría decir, pero ya no corresponde. La idea es poder tomar más perspectiva, antes que involucrarse en la discusión de la semana. Aquí en Chile el 90% de los temas duran una semana".
- Usted viene de lo técnico, ¿le gustó la política?
- La política es complicada, es un mundo muy diferente. Yo lo viví como un reto, cómo hacer un buen gobierno y cómo lograr aprobar proyectos de ley sin tener mayoría parlamentaria. Y en varias oportunidades logramos salir adelante, en el caso del royalty minero, por ejemplo.
- ¿Qué es lo más desgastante de eso?
- La relación con el Congreso es muy difícil, porque no es que haya 22 partidos, hay 155 diputados y 50 senadores y cada uno demanda atención propia. Eso es muy complicado. Hay que hacer un trabajo muy minucioso, de conversar con mucha gente, explicar, escuchar, incorporar cosas que surgen de los propios parlamentarios. Es trabajoso, pero vale la pena porque sacar adelante reformas grandes como la previsional, por ejemplo, es un logro importante.
- Alguna vez sonó como candidato presidencial…
- Yo no lo escuché…
- ¿No lo entusiasma?
- No. Una cosa es que siendo un técnico haya tenido contacto y me haya involucrado en el proceso más político. Y otra cosa es entrar de lleno a lo que es la política, los procesos electorales. Uno tiene que reconocer sus limitaciones.
- ¿No sería candidato a algo?
- No.
Sus lecciones del estallido
“Estoy dedicando una parte importante del día a escribir”, cuenta Marcel. Su proyecto es una crónica económica de los años que van entre el estallido social hasta fines de 2024, cuando en su opinión se consiguió un punto de inflexión que dejó atrás cinco años de permanente crisis. Todo, en un relato personal, desde su posición en el Banco Central y luego en Hacienda.
Sobre su escritorio, como un modelo inspirador para su proyecto, tiene el libro de Ben Bernanke en el que el expresidente de la Fed narra su experiencia en la crisis subprime. Otros cinco libros acompañan a éste y todos tienen que ver con los días del estallido social: Sobre la marcha, de Patricio Fernández; Piñera en jaque de Paula Catena y Gloria Faúndez; Tiempos mejores de Jorge Selume; y La vuelta larga de Gonzalo Blumel. “Y me acaba de llegar Pensar el malestar, de Carlos Peña, que estaba agotado”, añade.
“Tuvimos cinco años muy complejos, con la mayor caída del producto desde el 82 y luego el mayor aumento del producto desde que existen estadísticas. Tuvimos la inflación de vuelta en los dos dígitos, tres intervenciones cambiarias. La bolsa y el dólar fueron una montaña rusa”.
- ¿Tiene nombre el libro? ¿cómo va su avance?
- Tengo una idea, pero me la reservo todavía. Estoy en el capítulo de la pandemia.
- El del estallido social ya está entonces…
- O sea, todavía son todos borradores.
- ¿Cómo recuerda esos días en específico, justo en este nuevo aniversario del 18 octubre?
- Fueron días muy complicados, con una mezcla de esperanza y angustia en la población. Más allá de lo que pudiera pensar yo personalmente o políticamente, estaba a cargo de una institución de la República y tenía que preocuparme de lo que estaba ocurriendo. Y se dio este contraste entre aspiraciones y demandas que uno las veía como justas, y por otro lado, el fenómeno de la violencia que estuvo presente desde el primer día, desgraciadamente.
- ¿Qué reflexión hace de ese proceso violento? Hace pocos días Sergio Micco publicó un libro con su experiencia desde el INDH y planteó que aquí hubo gente que intentó derrocar al Presidente Piñera por las malas. ¿Lo comparte?
- Sin duda que hubo alguno que lo haya pensado así, pero primó un espíritu republicano. Un tema que destaco, sobre todo ahora que se acerca una elección, es que cuando comenzó el estallido desde el Gobierno no se podía entender que habiendo ganado la elección Piñera con un buen margen, supuestamente para ejecutar su programa, se encontrara de pronto con estas protestas masivas, no solamente en contra de él, sino que en contra de todo lo que había ocurrido en los años anteriores. Esto nos recuerda que hoy día, sobre todo con voto obligatorio, hay mucha gente que vota en función de un sentimiento, una simpatía, una afinidad, pero no necesariamente por un programa y, por lo tanto, no entrega un mandato incondicional.
“No siento que haya cambiado mucho mis ideas”
- Por su rol en el Banco Central y su fuerte oposición a los retiros de fondos de pensiones, muchos se sorprendieron de que asumiera como ministro de un Presidente del Frente Amplio…
- Hay que acordarse que entre la primera y la segunda vuelta hubo un acuerdo de implementación programática, que fue una suerte de pacto entre las fuerzas que habían apoyado al Presidente en la primera vuelta y el mundo del socialismo democrático. Y eso implicó una moderación de algunas de las propuestas más desmedidas del programa. Más tarde, cuando el Presidente electo me ofreció el cargo, tuvimos una conversación muy extensa, llegando a la conclusión de que estábamos en la misma página. El Presidente no quería hacer una política económica radical pero sí necesitaba una economía sólida para apoyar los cambios que requería el país.
- Muchos dijeron que con este salto Marcel demostraba ser una persona más de izquierda de lo que se pensaba cuando ocupaba la presidencia del Banco Central…
- Cuando uno ejerce un cargo público, es cierto que hay una serie de responsabilidades que son propias del cargo, sobre todo porque era un organismo autónomo y uno tiene que dejar sus preferencias políticas a un lado. No siento que hayan cambiado mucho mis ideas políticas a través del tiempo, sino que han primado las exigencias de las responsabilidades que me ha tocado ejercer.
- En el proceso constitucional, ¿se arrepiente de haber votado Apruebo?
- Toda la etapa final de la Convención la seguí de bastante cerca. Conversé con muchos convencionales y fui testigo directo de cómo se logró frenar cosas muy complejas. Por ejemplo, cuando se votó la nacionalización del cobre, no se logró el quórum por sólo dos votos. Todas fueron votaciones muy complejas. Entonces, yo veía que se habían logrado frenar algunas cosas que realmente eran catastróficas para la economía y que excedían el mandato popular. Por otro lado, hay que recordar que hubo un acuerdo dentro de los partidos de gobierno para que si se aprobaba esa constitución, se hicieran modificaciones posteriores. Por último, la Constitución requeriría un amplio conjunto de leyes habilitantes, que sería otra oportunidad de afinar. Entonces me parecía que algunas cosas que eran complejas se iban a poder resolver en esa instancia posterior. Ahora, claro, mirándolo retrospectivamente, si se hubiera aprobado, no nos habría alcanzado todo el resto del periodo de gobierno para aprobar toda esa legislación. Entonces, creo que la ciudadanía fue más sabia que muchos de nosotros.
- Quiere decir que con la información que tiene ahora de lo que pasó habría rechazado…
- Si volviera a ese punto me iría un poco más atrás, y me habría preocupado mucho más de qué es lo que estaba pasando en la Convención desde antes de que se iniciaran las votaciones.
- ¿Giorgio Jackson supeditó el éxito del programa de gobierno a la aprobación de esa Constitución?
- Eso yo lo veo desde otra perspectiva, que se podría haber hecho mucho más en el primer año si no hubiera estado esa idea dando vueltas. Un gobierno de cuatro años, no puede darse el lujo de postergar iniciativas importantes en los primeros ocho o nueve meses.
- Ya que hablamos del programa, el Gobierno tuvo que cambiar su foco y redirigir fuerzas a dos asuntos que no tenía previsto: economía y seguridad. ¿Comparte con Carolina Tohá de que la izquierda le tiene “alergia” al tema de las policías y el orden público?
- Ella hizo esa reflexión en una presentación en Francia. Se está refiriendo a la izquierda en general, no a la izquierda chilena o a un sector específico de ésta. Aquí siempre lo llevamos todo a la coyuntura local. Esa “alergia” es algo que uno puede reconocer histórica o ideológicamente, pero por otro lado, muchos gobiernos de izquierda o socialdemócratas en el mundo, han ido aprendiendo de todo esto, porque nos hemos enfrentado a un fenómeno que no conocíamos, que es el del crimen organizado. La izquierda ha ido haciendo ese aprendizaje y Chile es un buen ejemplo de ello.
"Ella (Carolina Tohá) hizo esa reflexión en una presentación en Francia. Se está refiriendo a la izquierda en general, no a la izquierda chilena o a un sector específico de ésta. Aquí siempre lo llevamos todo a la coyuntura local".
- Pero siente que la izquierda todavía le falta para abandonar esa “alergia” de la que habla Tohá...
- Lo que define a la izquierda es valorar las decisiones colectivas y el Estado como el agente de esas decisiones colectivas. Pero esa visión que tradicionalmente se ha ligado a las políticas sociales, no se había extendido hacia el tema de la seguridad, no había estado muy presente dentro de esa forma de pensar. Las policías sin duda son parte de ese Estado y la delincuencia representa una amenaza para la libertad y bienestar de las personas. En esas circunstancias, el Estado tiene que actuar con todo lo que tiene.
Comando de Jara: “Hubo un cierto rebalanceo”
- Usted aparte de exministro y representante del socialismo democrático en el Gobierno es pareja de Carolina Tohá, ¿cómo vivieron su derrota en las primarias?
- Obviamente hay una dimensión personal, pero más allá de ello, hay que reconocer que lo que llamamos socialismo democrático, como sector político, no ha sido capaz de proyectar una idea de qué es lo que busca, qué es lo que promueve, cuáles son sus valores, cuáles son sus prioridades, cuál es su agenda. Si no hay una construcción detrás de eso, no es fácil convocar a la ciudadanía.
- ¿Y ve a alguien que pueda liderar ese proceso?
- Hay mucha gente que podría hacerlo porque es un mundo que tiene una vocación reflexiva, pero desgraciadamente la manera en que ha ido evolucionando nuestro proceso electoral, nuestro sistema político, da poco espacio para eso. Tiende a primar más lo efectista, lo popular.
- Usted dijo hace poco que votaría por Jeannette Jara, pero supeditado al rol del PC. ¿es como apoyar sin apoyar?
- Creo que parte de lo que señalé se ratificó, porque en esos mismos días la propia Jeannette se quejó de lo que estaba ocurriendo con su partido durante la campaña, y hubo, me parece, un cierto rebalanceo.
- ¿Hoy día se siente más tranquilo votando por ella entonces?
- No he cambiado mucho mi forma de ver las cosas. Aquí sobre todo prima que yo tengo un aprecio muy grande por Jeannette, trabajamos juntos en muchos temas y nos entendimos muy bien.
"Hay que reconocer que lo que llamamos socialismo democrático, como sector político, no ha sido capaz de proyectar una idea de qué es lo que busca, qué es lo que promueve, cuáles son sus valores, cuáles son sus prioridades, cuál es su agenda".
- ¿Ha vuelto a hablar con Boric?
- Sí, he vuelto a hablar con él. El último intercambio que tuvimos fue a propósito de la encuesta de La Tercera, esa de las tres generaciones. Me escribió para felicitarme porque aparecía como el mejor evaluado como referente en Economía.
- ¿Cree que vuelva a ser candidato a Presidente?
- Es posible. Tiene 40 años. Tiene toda la vida por delante. Es una persona que se toma muy a pecho la política, muy reflexivo, pero que le importa llevarlo a la práctica.
"Quien levantó la aleta sobre el abuso de las licencias médicas antes de la Contraloría, fue Javiera Martínez"
- El Consejo Fiscal Autónomo insistió en que el fisco se encamina a un tercer incumplimiento de la meta…
- El 2023 hubo una diferencia de 0,1% del producto. No podemos suponer que para que algo sea cumplimiento tiene que ser igual hasta en el tercer decimal, así que discrepo de esa calificación para ese año.
- Más allá de esa diferencia…
- Incumplimiento complejo fue el de 2024 y nosotros fuimos los primeros en reconocerlo y sujetarlo a las exigencias de la Ley de Responsabilidad Fiscal. Y este año 2025 lo que está ocurriendo es que mientras los ingresos se están comportando de acuerdo a las proyecciones del Ministerio de Hacienda, por el lado de los gastos se le propuso al Congreso un esfuerzo conjunto en materia legislativa que no ha avanzado lo que debía.
- ¿Fue un error entonces haber dejado sujeto ese ajuste justamente a un trabajo con el Congreso?
- Creo que si todos opinamos sobre política fiscal y coincidimos en que se requiere seguir consolidando, todos deberíamos estar dispuestos a poner de nuestra parte para que ello ocurra, no quedarnos mirando y apuntar al otro con el dedo. Si uno quiere hacer cambios permanentes en gastos, tiene que ser legislando con el Congreso. El caso de las licencias médicas es un buen ejemplo de ello.
- Una de las cosas que advierte el CFA es la posibilidad de que la deuda pública supere el límite prudente. ¿Lo ve posible?
- Lo que hace el CFA es suponer qué es lo que pasaría si no se cumple ninguna de las metas de aquí a los próximos años, entonces, bueno, eso es medio tautológico.
- Pero le da una probabilidad del 50% a ese escenario…
- No siento que ese juicio esté alineado con lo que está pasando, con los ingresos que están subiendo, con la recaudación a raíz del proyecto de cumplimiento tributario, que está rindiendo lo que lo que se esperaba, lo mismo con el Royalty Minero, que está recaudando exactamente lo que se estimó.
- Usted ha insistido en que este es el Gobierno en que menos ha crecido la deuda pública.
- De los últimos tres gobiernos, claro. Es una realidad contable, no una opinión.
- Pero eso tomando la deuda bruta, habría que considerar los retiros de los fondos soberanos para calcular el crecimiento de la deuda neta.
- El único retiro de fondos soberanos durante esta Administración ocurrió en 2024 y fue de US$ 1.800 millones netos. En el gobierno anterior se retiró US$ 15 mil millones. Con deuda neta ese juicio se refuerza.
- ¿Fue un error hablar de Javiera Martínez como la mejor directora de presupuesto de la historia?
- Eso generó una animadversión que desgraciadamente afectó muchas cosas. Pero no puede caber ninguna duda de que no hay ningún director o directora de presupuesto que haya racionalizado el gasto a la escala que lo ha hecho Javiera Martínez. Ayer vi una nota en que un economista decía que le gustaría ver a la contralora en la DIPRES. Y resulta que quien levantó la alerta sobre el abuso de licencias médicas un año y medio antes de la investigación de Contraloría fue Javiera Martínez.
Salida de ministro Pardow: “Un ejemplo más de que congelar tarifas es una pésima decisión”
- ¿Cómo enfrentó el Gobierno la crisis que se generó a raíz del error en el cálculo de la tarifa eléctrica?
- El Gobierno aplicó el principio de la responsabilidad política, respecto de un error en la fijación tarifaria que tenía un origen anterior, pero que afectó a millones de clientes.
- ¿Cuán grave le parece lo ocurrido?
- Existe el concepto de “la gota que derramó el vaso”. Lo que pesó más que la magnitud del error, fue que éste ocurrió en una materia que se había vuelto particularmente sensible por la normalización de las tarifas eléctricas desde junio del año pasado. Es un ejemplo más de que congelar tarifas es una pésima decisión de política pública.
- Nuevamente sale un ministro del Frente Amplio y es reemplazado por uno del Socialismo Democrático, ¿siente que durante todo el Gobierno ha habido un problema de experiencia, en particular de los ministros más jóvenes?
- No estoy seguro de cuál sería la estadística de cambios en esta dirección vs la opuesta. A mí me reemplazó un ministro del Frente Amplio…
- ¿No cree que este Gobierno ha sido amateur para enfrentar muchos problemas, tal como se le critica?
- Creo que este Gobierno ha estado expuesto a un grado de escrutinio muy superior a sus predecesores, por lo que es muy difícil comparar.

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