En escalada ha estado estas semanas el tenor de las declaraciones de los gobiernos de Bolivia y Chile, en medio del proceso judicial radicado en La Haya por la demanda por una salida al mar que interpuso Evo Morales en contra de nuestro país. Tras una serie de declaraciones del ex presidente paceño Carlos Mesa acusando a Chile de no respetar los acuerdos posteriores al tratado de 1904, y la posterior columna del canciller Heraldo Múñoz en el diario El País, el ambiente entre La Moneda y Palacio Quemado subió de temperatura.
En ese contexto, el 28 de noviembre la cancillería boliviana llamó a Chile a no interferir en la decisión que tome la Corte Internacional de Justicia, conminando a nuestro país a esperar el fallo. Este último hecho provocó ayer una contundente reacción de Múñoz: "Nos llama enormemente la atención porque justamente ha sido Bolivia la que ha estado haciendo una campaña internacional para promover su demanda contra nuestro país, ha nombrado un vocero para tales efectos, que ha recorrido el mundo justamente difundiendo esta demanda", expresó. Además, agregó que bajo ese escenario de hace muy complicado avanzar en un diálogo de interés común, que excluyen el problema marítimo. "El presidente boliviano no tiene tolerancia hacia quienes no estén de acuerdo con él y me parece que la integración regional no puede ser si se descalifica a quienes no comparten sus opiniones", señaló.
Así también, y en respuesta a la otra demanda que interpuso Bolivia la semana pasada acusando ante la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), el supuesto incumplimiento de parte de Chile del Acuerdo de Transporte Internacional Terrestre (ATIT), el canciller Muñoz la calificó de absurda y contradictoria, explicando que un equipo jurídico ya está trabajando para presentar la defensa correspondiente ante el tribunal.