IPoM segundo trimestre: más dudas que certezas
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En el recién publicado informe de política monetaria (IPoM), el BCCh presentó su escenario base para los próximos meses. Los principales cambios fueron en la dirección que tiende a incomodar a los banqueros centrales: baja en las proyecciones de crecimiento del PIB y aumento de la inflación esperada para este año hacia el techo de la banda objetivo.
Por el lado de la actividad, se recorta nuevamente la expectativa de crecimiento para este año, pasando desde el rango 3-4% a 2,5-3,5%. En materia inflacionaria, se aumentan las expectativas a 4% desde 3% a diciembre, manteniendo la visión de que el fenómeno actual es de carácter transitorio y determinado principalmente por el traspaso cambiario.
La desaceleración chilena ha venido evolucionando. La primera etapa fue caracterizada por una fuerte contracción de la inversión, que desde el tercer trimestre del año pasado se encuentra en terreno negativo. Si bien en el primer cuarto se contrajo 5% anual, datos en el margen muestran indicios de una estabilización, aunque en niveles más bajos. La segunda etapa se está caracterizando por una desaceleración del consumo privado, el que pasó de crecer 5,6% en 2013 a 3,7% anual en el período enero-marzo, y que se estaría agravando en el segundo trimestre.
El BCCh hace notar que para alcanzar la meta de crecimiento del escenario base está implícita una recuperación gradual de la actividad hacia el segundo semestre del año. ¿Cuáles serían los factores que gatillarían esta recuperación? El IPoM menciona tres. Primero, la expansividad de la política monetaria. La TPM se ha reducido 100 pb en los últimos trimestres y los tipos de interés de largo plazo están en niveles históricamente bajos. Segundo, el impulso en las exportaciones netas gracias a la depreciación cambiaria. Tercero, el mayor gasto público producto de la sub-ejecución presupuestaria del año pasado.
¿Serán estos factores suficientes para reactivar la economía? Creo que no. Si bien el nivel de tasas de interés de mercado es bajo, las colocaciones del sistema financiero continúan perdiendo fuerza en los últimos meses. Esto podría significar que, a estos precios, la expansividad monetaria no se estaría traspasando hacia los distintos sectores de la economía. En el plano externo, aún cuando el crecimiento global ha ido en ascenso gradual y las condiciones de liquidez se han mantenido más expansivas de lo esperado a fines del año pasado, es probable que se tornen más restrictivas para el mundo emergente en los próximos meses. Finalmente, las importantes reformas planteadas por el gobierno mantendrían un grado de incertidumbre política en el corto plazo, lo que tendría efectos transitorios negativos sobre la actividad. Todo esto nos lleva a esperar un ciclo de bajo crecimiento más prolongado, que requerirá una tasa de política monetaria aún más expansiva que lo incorporado actualmente en el mercado.