Prepararse para galopar
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El stock de capital que un país posee es uno de los determinantes de la expansión potencial de la economía, en un contexto en donde la brecha entre el capital deseado y el efectivo se va cerrando con más rapidez en el sector privado que en el público. En él área privada, las empresas detectan con anticipación las inversiones requeridas e inician la evaluación en los tiempos correctos buscando hacer calzar la mayor demanda con la nueva infraestructura disponible. Esto en el sector público no funciona con igual eficiencia y no es inusual que la oferta de nueva infraestructura público llegue atrasada con respecto a la demanda ya insatisfecha. Ejemplos de ello hay muchos y parece existir una regularidad en que cada vez que se amplía el aeropuerto de Santiago queda estrecho al poco andar.
Hay varios motivos para esa falla en el proceso estatal, entre ellas el quiebre de decisiones al cambiar el gobierno o ministro respectivo. Conocido es el retraso de las inversiones que generó Eduardo Bitran, exministro del MOP, cuando decidió reevaluar el sistema de concesiones de obras públicas, dejando un pesado lastre para el siguiente ministro y dañando el crecimiento de la economía chilena con el consiguiente perjuicio sobre todos sus habitantes.
Juan Andrés Fontaine ha enfrentado lomos de toro en el pasado y lo ha hecho exitosamente cuando fue ministro de Economía y debió corregir decenas de ineficiencias vigentes en el diario vivir de los emprendedores. Su Agenda de Impulso Competitivo abrió la discusión sobre el mejor funcionamiento de la economía, debiendo habitualmente enfrentar intereses particulares que deseaban mantener todo sin mayor alteración.
Un ejemplo de lo anterior fue su reforma de una empresa en un día, ya que en el 2009 iniciar un emprendimiento implicaba varios trámites, 40 días y $650 mil a pagar por todo el papeleo. Hoy, gracias a la reforma de Fontaine, dicho trámite se ha reducido a 5,5 días con un costo de $65 mil para los emprendedores que usen el portal del Ministerio de Economía. A la fecha, la reforma de Juan Andrés le ha ahorrado a los emprendedores cerca de US$ 250 millones en trámites, sin considerar la reducción de tiempo en papeleo. Igual resultado ha generado la nueva Ley de Quiebras, lo que ha permitido que los activos involucrados en una quiebra vuelvan a producir lo antes posible en lugar de quedar paralizados por años a la espera de un tedioso y extenso trámite judicial. Así como éstas, hay varias medallas más puestas en el pecho del exministro de Economía.
La relevancia de la agenda del ministro Fontaine es tal que fue reforzada por el ministro Cespedes y se creó la Comisión Nacional de Productividad, cuya misión permanente es velar por la mayor eficiencia de nuestra economía.