Brasil asume presidencia de la OMC con apoyo de economías en desarrollo

Por Gonzalo Cerda Milla



Finalmente, será el diplomático brasileño Roberto Azevedo quien reemplace en la dirección general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) a Pascal Lamy, tras imponerse en la votación de los 159 países miembros de la entidad, el próximo 1 de septiembre. Así, Azevedo superó la opción del ex ministro de Comercio mexicano Herminio Blanco, gracias al apoyo que recibió principalmente de parte de los países en desarrollo que integran la OMC.

La campaña de Azevedo contó con un fuerte respaldo político de parte de la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, quien envió cartas a los mandatarios, incluido Sebastián Piñera, para que le dieran su apoyo al brasileño. Y aunque la campaña contempló incluso viajes a África para cerrar alianzas, nuestro país enfrentó una disyuntiva respecto de por cuál candidato finalmente se inclinaría.




La opción de Chile


Aún cuando la elección se disputaba en un inicio entre nueve candidatos, Chile decidió apoyar siempre la opción latinoamericana compuesta en principio por tres postulantes de la región.

Así lo explica la directora de Asuntos Económicos Multilaterales de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Ana Novik. “Chile decidió desde el primer día que sería bueno que la OMC tuviera un director latinoamericano, y en un principio, decidimos apoyar a los tres latinoamericanos (Brasil, México, Costa Rica), sin priorizar a ninguno”.

No obstante, y a diferencia de lo que hicieron otros países en desarrollo, el gobierno decidió que en la recta final se apoyaría a México, principalmente por tres factores, según explica Novik. “Era lógico el apoyo a México porque ellos el año pasado nos invitaron al G20; también forman parte de la Alianza del Pacífico, y además, México ha tenido una postura en el tema comercial más parecido al nuestro (...) ante esto, el presidente y el ministro de Relaciones Exteriores optaron por apoyar a México, pero estamos muy contentos de que haya ganado Brasil”.

De igual forma, Novik destaca que, si bien en el caso de Chile la presión política fue alta por parte de Brasil, México, que podría haber emplazado al gobierno del presidente Piñera a entregar su apoyo en el marco de socios en la Alianza del Pacífico, no lo hizo “porque entiende que esto no es una campaña política, sino que apunta a buscar al más idóneo para dirigir la OMC”.

De ahora en más, Azevedo deberá sobreponerse a algunos cuestionamientos que han manifestado miembros importantes de la OMC. De hecho, durante la campaña se hizo notar las diferencias en cómo ambos candidatos ven el comercio internacional, y es ahí donde Brasil ha manifestado avanzar en favorecer un acercamiento gradual para eliminar las barreras comerciales, con un gran rol del Estado en la regulación del comercio, lo que se alejaba de la postura de México que buscaba una liberalización más agresiva.

Ante estas diferencias, Novik sostiene que será bueno ver cómo se avanza en esta materias, sobre todo pensando en que la ronda de Doha no ha mostrado avances significativos desde su creación. “Ahora vamos a ver, con Azevedo como director general, si es cambia y se logra avanzar en algo”.




La reactivación de Doha


Otro hito que destaca Novik tiene relación con los intentos por reactivar la negociación en la ronda de Doha. Los últimos antecedentes señalan que tanto China como Australia tienen bastante interés por avanzar y reactivar las negociaciones, por lo que ya la semana pasada se realizó una reunión de altos oficiales en Ginebra, que fue convocada por estos países y que apunta a obtener la aprobación de un paquete de medidas en la reunión ministerial de Bali que se realizará entre el 3 y el 6 de diciembre de este año.

“Se están poniendo de acuerdo en tres aspectos, facilitación de comercio, temas relacionados con Aduana, ventanilla única, temas de mercancía en tránsito, y otras disciplinas; lo otro es agricultura, que es lo que está más rezagado y las propuestas van por el lado de asignación de cuotas, seguridad alimentaria, etc.; y el último tema es sobre los países menos desarrollados, que es un poco ayudarlos a que se favorezcan unilateralmente sin que entreguen nada”, explica.

Y es que la idea es poder entregar una señal al resto del mundo respecto de que la ronda aún sigue siendo un organismo válido y capaz de generar consensos.