Patricia Arancibia Clavel
El senador Carlos Larraín Peña (69), es el actual presidente de Renovación Nacional (RN) y todo indica que será reelegido en unas semanas más. Auténtico, franco y perspicaz, no tiene pelos en la lengua a la hora de señalar lo que piensa aunque sus dichos causen polémica y sean políticamente incorrectos. Fiel a sus principios y convicciones, es sin embargo, pragmático en política y desde hace mucho tiempo aboga por una alianza con la DC. Apoya sin restricciones la candidatura presidencial de Allamand y se muestra confiado que habrá un segundo gobierno de la centroderecha.
- ¿Qué te llevó a repostularte?
- Me sentí obligado por las circunstancias. Sé que Arturo Alessandri Palma acuñó la frase "no quiero, no puedo ni debo" y pareciera que yo estoy en la misma aunque no puedo decir que hayan venido las masas a rogármelo, pero la verdad es que hay todo un trabajo realizado y pese a mis limitaciones, hemos logrado establecer dentro del partido una especie de "Pax Larraín" que debemos aprovechar ya que se viene una etapa muy difícil en materia electoral donde la experiencia y la unidad serán importantes.
- ¿Sólo eso?
- No. Para ser sincero, la razón de fondo, decisiva y final fue la conversación del fin de semana pasado con Andrés Allamand. Le pregunté derechamente si creía que podíamos "engranar", si le ayudaba que yo siguiera en la presidencia, porque si me decía que no, tenía la excusa perfecta para retirarme. Pero, su respuesta fue positiva, que teníamos mucho que hacer juntos, que nos complementábamos y que él necesitaba en estos momentos un partido muy unido, con un 70% de apoyo interno y capaz de lograr un equilibrio para convivir con el Ejecutivo.
- Se lanza entonces definitivamente su candidatura presidencial...
- Él tiene posibilidades auténticas. Posee un gran historial político y lo conozco desde que él tenía 16 años cuando andábamos luchando contra la Ramona Parra. Es un hombre con convicciones en un momento donde es necesario realizar una campaña con contenidos, pues espero que alguna vez se agote la tesis de las campañas de helio que flotan en la nada, más aún si tendremos al frente a doña Michelle y vamos a tener que decir las cosas como son.
- Pero, antes tendrán que ir a primarias y Golborne está muy bien posicionado...
- Está perfilándose bien y tendrá que ir definiéndose más. Él no es un invento y con los meses iremos conociendo mejor su naturaleza.
- ¿Hay alguna señal de parte del gobierno o del presidente de apoyar a Allamand?
- No y nosotros esperamos una neutralidad rigurosa en esta materia. El presidente trabajó muy de cerca con Allamand en la campaña y puede aquilatar sus méritos con conocimiento, pero él no puede ni debe intervenir.
- ¿Le complica a la centroderecha una candidatura de Bachelet?
- Sí. Michelle Bachelet es la solución ideal para todas las dificultades de la Concertación y cuando nos alegramos de las peleas sangrientas que tienen entre ellos, nos estamos consolando tontamente porque mientras más peleen, más chances tiene ella de volver en gloria y majestad, como una especie de sanadora de la TV o de predicador bautista.
- ¿Crees en verdad que tiene opciones?
- Creo que puede llegar en una posición muy fuerte y mi gran temor es que pese a su encanto personal, ella pertenece a la cultura de la izquierda dura. Por algo se fue a vivir varios años a Alemania Oriental, la versión más cruda del socialismo real. Va a conectar con una base política muy distinta a la de antes, cuando la Concertación era bastante más educada y prudente y que ahora está desbordada por una izquierda que va desde anarquistas hasta trotskistas y con un PC envalentonado. Temo que doña Michelle conecte con ese segmento de la izquierda, desde Girardi al trotskismo, de los que se tomaron el Parlamento o de los que nos amenazan y escriben "piedra libre al fascista".
- Pero, lo que está encima son las municipales. ¿Hasta qué punto influirá negativamente el bajo nivel de apoyo que tiene el gobierno?
- Los resultados de las municipales están marcados por características y actores locales y nosotros vemos que los nuestros están bien evaluados a pesar que, efectivamente existe una separación o distancia entre lo que pasa en la "gran manzana" y lo que sucede en las comunas. Pero también es cierto que el gobierno ha llevado a cabo políticas muy acertadas que influyen en la vida diaria de las personas, como en salud y vivienda, lo que poco a poco se está notando. Eso va a ayudar y estamos confiados. Además, hemos logrado tempranamente un acuerdo con la UDI que nos va a permitir concentrar los esfuerzos de cada partido en distintas comunas.
- Hablas de la necesidad de hacer una campaña presidencial con contenidos, pero no siempre la centroderecha está de acuerdo en temas relevantes, tanto de índole valórica como económica...
- El hecho que se combine una elección parlamentaria con la presidencial es una gran oportunidad que nos permitirá justamente hacer ese cotejo. Tenemos que tratar de cristalizar nuestras ideas y velar por reforzar el sistema de sociedad libre y ordenada, frente a una izquierda que quiere volver a los ´60. Es cosa de escuchar a la líder de la juventud del PC, que a su vuelta de Cuba nos dice que desde allá vienen las luces...
- Pero, la suma de RN y la UDI ¿alcanza para sustentar el sistema?
- Varios se enojan mucho conmigo porque yo creo que la suma no alcanza y por eso estoy tan empeñado en tender puentes con la DC que tiene un patrimonio cultural similar al nuestro.
- Y ¿cómo te ha ido?
- Tuvimos hace unos días una reunión con la mesa completa de la DC y allí dije que había que plantearse si queríamos cooperación o confrontación. Creo que debemos desarrollar el pulmón de la cooperación con los sectores afines, que se sustentan en la cultura cristiana occidental y la DC es un sector afín aunque he tenido algunas cavilaciones cuando cinco senadores DC votaron a favor de un tipo de ley de aborto.
- Pero la DC está en una encrucijada...
- Claro, ellos por ventajas muy menores se relacionaron con el PC y resulta que ahora es ese partido el que se ha convertido en el árbitro de moda de la izquierda, donde juega un rol estelar el comandante "Sebastián Larraín" (Guillermo Teillier). Dentro de la Concertación hoy ser de izquierda y ser PC dejó de ser una lacra por lo que la DC -que hasta hace poco decía "sin nosotros son la UP"- ya no cuenta. A la DC se le acabó el cobro de peaje que le permitía tener presentación parlamentaria no proporcionada a su dotación, se evaporó su influencia sobre la Concertación, es siempre la tercera en todos los distritos y en un sistema binominal, el tercero no llega.
- ¿Tienes esperanza entonces de lograr entendimiento con ellos?
- Una tremenda esperanza porque sé que tienen una intención recta y porque les parece muy atractiva la posibilidad de romper el binominal que los mata. No me imagino que quieran apostar a su desaparición como puede suceder si siguen con la dinámica actual. Además, están entusiasmados con la idea de un "Primer Ministro" porque de ese modo hacen una compensación, un esfuerzo de moderación de un Ejecutivo excesivamente autónomo como el de hoy. Creo que ya hay como 10 candidatos DC para ese cargo...
- Las movilizaciones sociales son hoy una realidad, ¿te recuerdan en algo a las que se hicieron bajo el gobierno militar?
- Creo que las actuales son mucho más graves porque las de los ´80 se enfrentaban a un gobierno muy fuerte que aplicaba una mano de fierro implacable y este gobierno no tiene la misma decisión para detener esto en capullo. No soy partidario de aplicar medidas durísimas ni administrativas, pero sí que hay que prever, actuar en los orígenes porque hay muchas situaciones y reclamos que son detectables y con un poco de trabajo previo pueden subsanarse. Ahora, hay cosas que tienen arreglo y otras no. No existe la prosperidad automática general y esa política de las cosas conducidas con verdadero cinismo por los sectores liberal socialista en Chile reventó. Eso de compre y sea más, viaje a Paraguay en 62 cuotas sin intereses, se agotó.
- El presidente señaló en la ONU que el movimiento estudiantil mostraba el idealismo de nuestra juventud...
- A mí no me gustó lo que dijo. Creo que en las manifestaciones del año pasado hubo mucho pragmatismo y en algunos casos maldad. Yo personalmente vi un letrero en la Alameda que decía "las únicas iglesias que iluminan son las que arden" y no sé si a eso se puede llamar idealismo...
- Y ¿cómo están tus relaciones con el presidente?
- Mis relaciones con el presidente nunca han sido malas. Algunos dicen que porque a veces soy capaz de decirle no, entro en la lista de los castigados, pero en verdad, estamos trabajando bien y muy conscientes de estar en la recta final. No podemos entrar a hacer distingos bizantinos cuando al gobierno le quedan entre 12 y 14 meses de actividad útil, porque luego todo gira en torno a las elecciones.
- ¿Ha mejorado el trabajo del gobierno con sus partidos?
- En una de las primeras reuniones que tuvimos con el presidente y sus ministros, dije que este no era un gobierno de los partidos, pero que tenía que ser un gobierno con los partidos. En un comienzo, mi planteamiento no prendió para nada. Existía una desconfianza negra con la política, pasó a ser sospechosa pese a que había sido muy útil para ganar las elecciones. Poco a poco esa idea fue cambiando y hoy día hay mucho ánimo de hacer un trabajo político con los partidos que lo ayudaron a llevarlo a la Presidencia.
- En el Congreso se está dando un triste espectáculo a raíz del aumento de $ 2 millones para la asignación parlamentaria de los senadores...
- Es doloroso porque el Parlamento tiene un rol importante que cumplir en nuestro sistema y esto sólo ayuda a su desprestigio. Pero se hacen también burradas sustanciales como estas. Es un disparate completo por el fondo y por la oportunidad. Es cierto que hay diferencias en las circunscripciones, algunas chicas, menos exigentes en el gasto y otras enormes que sí necesitan más. Si al menos se hubiera planteado así, estaríamos en otra cosa. Ahora, si hay diputados que están queriendo mandarle dardos envenenados a los que le tapan el camino, veamos de una vez por todas el tema de la limitación en los cargos electivos, porque esto se está convirtiendo en algo letal para el sistema. Los cupos son pocos y hay mucho diputado que sueña con ser senador y senadores que sueñan con ser enterrados en el ejercicio del cargo. Aquí hay un tapón institucional de la cual la gente no tiene mucha conciencia.
- ¿Es cierto que los diputados también recibirán esos dos millones?
- Los están cobrando desde enero, siendo que los distritos son un tercio más pequeños que las circunscripciones.
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