Política

Lily Pérez: "Es muy difícil transmitir a los dirigentes de la Alianza que las diferencias nos engrandecen"

La legisladora descarta el rótulo de “díscola” y dice que el programa de Sebastián Piñera la interpreta en un 100%. Crítica de las añejas prácticas políticas, cree que la Alianza está cayendo en el mismo cuoteo que le enrostró a la Concertación durante 20 años y que eso daña al gobierno.

Por: Diario Financiero Online | Publicado: Sábado 21 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Por patricia arancibia clavel

Lily Pérez San Martín, (48) es senadora de RN y lleva casi la mitad de su vida en política. Conocida como fuerte fiscalizadora en los tiempos de la Concertación, representa el ala más liberal del partido y su experiencia y carisma la hacen tener un fuerte liderazgo en el sector. Abierta y clara para exponer sus ideas, defiende la diversidad al interior de la Alianza y busca el mejor entendimiento con la Coalición. No le tiene temor a las críticas, siempre que se hagan en un clima de respeto y se siente muy identificada con la agenda que está impulsando el Presidente Piñera, sobre todo en materia de reformas políticas y económicas.  
-Eres reconocida como una senadora liberal, pero ahora también un tanto díscola…
-No es así. Los díscolos son los que desde sus diferencias atacan a su gobierno y a su presidente y jamás de mi boca ha salido un ataque aunque tenga diferencias en algunos temas. Por el contrario, ayudo a que el gobierno sea más grande y tenga más pluralidad, que es lo que nos falta al interior de la Alianza. Los díscolos son los que estando dentro de una Coalición le pegan a su gobierno constantemente y le hacen daño. En mí caso jamás he hecho eso. Yo no soy disidente, soy de la esencia de RN.
-Pero fuiste, por ejemplo, la única de tu bancada que votó con la Concertación en el tema del lucro…
-Esa fue una moción parlamentaria, que tiene su origen en los independientes Cantero y Bianchi, más dos senadores de la Concertación, o sea  es falso que provenga íntegramente de la Concertación. Segundo, no vino nadie del gobierno a hablar a favor del lucro y, tercero, el senador Cantero y Bianchi, que son de la Coalición, Horvarth y yo, los cuatro, lo que hicimos fue votar a favor de dar luz verde a la discusión del proyecto en su primer trámite legislativo, lo que no significa eliminar la ganancia cuando es legítima en educación.
-Es decir…
-Para mí la educación no es un negocio. Estoy convencida y comparto  lo que expuso en la comisión Arturo Fontaine del CEP - institución que tanto le gusta citar a la gente de nuestro sector- que las dos cosas son incompatibles. También lo ha sostenido David Gallagher y Carlos Neely quien era encargado de educación en la CPC. Lo que hicimos en el Senado fue abrir un espacio para analizar con profundidad el tema y a través de indicaciones, darle contenido y regular lo que existe. Existen colegios subvencionados por empresarios sin fines de lucro que funcionan fantástico y para los con lucro vamos a regular que la subvención vaya en su totalidad a la educación y que ni un peso del Estado se desvíe a otros ítems. Los que creemos en la libertad de verdad, en la libertad económica real, sobre todo si cumplimos el rol de legisladores, debemos proteger a la gente del abuso para que el sistema siga funcionando.
-¿Hasta qué punto  este gobierno está representando las ideas de la centro-derecha?
-Creo que el Presidente Piñera, su programa de gobierno y sus ideas políticas reflejan bien a una centroderecha moderna, que se asocia en ideas mucho más al PP español, que a los republicanos norteamericanos que se alían y forman parte del Tea Party, son más conservadores y bajo su paragua tienen grupos extremistas de derecha, xenófobos, antisemitas, racistas, de todo. El proyecto político de este gobierno a mí me interpreta en un 100% y comparto plenamente la agenda del Presidente  en materias valóricas, sociales y económicas.
-La gran crítica de algunos de tu propio sector es que este gobierno no está implementando políticas de centro-derecha, sino más bien concertacionistas…
-Los paradigmas de izquierda y derecha se quebraron en Chile hace muchos años y arrastramos una mochila súper gratuita que nos hace un daño enorme. Si una propuesta viene del gobierno, la izquierda sale a golpearla y si viene del mundo de la Concertación, sale gente de nuestro sector a hacer lo mismo. Por eso ambas coaliciones están como están a nivel de opinión pública. La gente es independiente, vota cada día más por las personas que por los partidos,  está más desideologizada en sus planteamientos,  por eso  si no era Piñera el candidato, nadie más ganaba. A muchos se les olvida que estamos en el poder gracias a que Piñera fue el candidato, un candidato que había votado por el No, que tenía claridad en sus planteamientos sobre Derechos Humanos, claridad en torno a lo que eran las distorsiones del mercado, un candidato que siempre dijo que iba a fiscalizar y, hay que ver lo que ha hecho: el Sernac financiero, la fiscalización a los retail, etc.
-¿A contrapelo del sector empresarial?
-Hay empresarios asociados a nuestro sector que son magníficos. Me encantan aquellos que se han hecho a sí mismos y son casi embajadores nuestros donde van. Tienen negocios en Lima, en Croacia, en Estados Unidos, en Europa. Ese es un grupo empresarial que se asocia mucho a la imagen que tiene Sebastián Piñera. Pero también hay una élite económica que todavía está muy asociada a una derecha que no cambió, se quedó muy atrás y que está aferrada al pasado. Tal como Chile cambió, la centro-derecha también lo ha hecho.
-¿Podríamos decir que la UDI representa a esa derecha más tradicional?
-No quiero calificar ni decir cual derecha es mejor que otra. Es muy difícil transmitir a los dirigentes de la Alianza, no de la Coalición, que las diferencias nos engrandecen, pero lo único que hacen es aplacar o intentar aplastar las diferencias. Eso nos achica porque sólo nos convierte en la suma de RN más UDI, cuando Piñera lo que logró es que mucha gente y movimientos como Chile Primero, el PRI, independientes, etc., se sumaran a su proyecto político. Y ahora, ¿donde están?
-Sí, ¿dónde están?  
-No están. Y no me refiero sólo en cargos de gobierno… Y, lo que más me duele, es el cuoteo político. Veinte años estuvimos machacándole a la Concertación que el cuoteo político había asfixiado al gobierno y había hecho a sus presidentes prisioneros de los partidos y resulta que ahora nuestros partidos están en lo mismo. El otro día se conocieron  los asesores exteriores en materia de seguridad: es puro cuoteo político, ahí no hay ningún experto y eso nos hace daño a todos. Entonces, en vez de enfrentar que tenemos diferencias y que una derecha liberal llega a un sector y una derecha más conservadora llega a otro, se busca aplastar a unos u otros.
-Te ha pasado a ti últimamente…
-Algunos,  en nombre de la defensa de la libertad económica o de la libertad de educación, me critican a mí,  a Horvarth, Cantero y Bianchi, por darle paso a la discusión del lucro, cuando ellos tienen conflictos de interés en educación. Eso me molesta. Porque están defendiendo algo privado, algo de ellos, o algo que está relacionado, no están defendiendo un interés colectivo.
-¿Son conscientes los dirigentes de la Alianza del daño que produce al gobierno las permanentes pugnas y divisiones internas?
-Sí, absolutamente. El presidente y su gobierno han tenido una baja en las encuestas por dos problemas: uno exógeno y otro endógeno. El exógeno son variables incontrolables: terremoto, tsunami, incendios, tragedias que han enlutado a Chile. Tenemos un ministro del Interior que pasa más en la ONEMI que en La Moneda. Pero también un problema endógeno: los liderazgos de la Alianza se cultivaron durante 20 años en forma autónoma y libre. Cada uno tuvo que luchar, con distintos perfiles, para ganar su propio espacio, ganamos y tuvimos que juntarnos y cerrar filas, sin tener una cultura para ello. De hecho, en el primer año teníamos a senadores que hoy están en el gabinete que le daban duro al Presidente. Y no es que fueran malas personas, sino faltaba, insisto, una cultura de entender que estamos en roles distintos: somos gobierno.
-Pero las cosas no han cambiado demasiado…
 -Ha faltado capacidad política para ser gobierno y creo que los éxitos que hemos tenido son debido a que el presidente, contra viento y marea, está sacando la agenda social que la Concertación soñó y nunca concretó. Pronto vamos a ver en las encuestas los buenos resultados de eso, pues ya se está implementando el postnatal, el 7% en salud, los bonos de bodas de oro, las listas de Auge, etc. El ministro Mañalich es más político que muchos de los que están en La Moneda. Él sabe que tiene que resolver otros temas de salud.
-¿Vislumbras un mejor año?
-Vamos a tener un mejor período externo, pero a nivel interno lo veo complejo porque enfrentaremos  una campaña municipal difícil y complicada con los cupos de uno y otro partido. Las primarias son para darle el gusto a los partidos. En Concepción, el candidato de la DC ganó con un 4% de los votos, o sea, ¿eso es representativo del electorado? La mejor primaria es que corran todos los candidatos. Tenemos que preguntarle a la gente, hacer encuestas y desgastarse poco en primarias. Nuestros partidos tienen poca cultura de competencia interna, cuando se hacen son a morir y quedan heridas para siempre en el corazón que generan distancias muchas veces insalvables.
-Y ¿qué pasará con el binominal?
-Vengo diciendo hace ocho años que el binominal es perverso. Primero los resultados son súper similares para todos los pactos y es un sistema que ha  generado frustración y distanciamiento de parte de la gente que vota por alguien que queda segundo, pero resulta que gana el tercero. Además, creo que ha sido un error gigantesco el sistema de reemplazo que permitió que en los gobiernos anteriores y en éste los parlamentarios se conviertan en ministros, los ministros en parlamentarios y lleguen al Congreso personas sin votación popular.  
-¿La idea es cambiar el sistema o reformularlo?  
-Hay que ver qué es lo mejor para Chile. Aquí no se trata de cerrar los ojos y sumarse a un proyecto de la Concertación, que es un proporcional 100% y que implica aumentar  más parlamentarios. No estará  mi voto para que aumentemos de 120 a 150 diputados. Aquí hay que buscar parlamentarios más representativos y eso no es sinónimo de más carga fiscal. Además, hay que limitar las elecciones permanentes: es suficiente dos períodos consecutivos para alcaldes y concejales y,  en el mismo distrito, para senadores y diputados. Hay que dar tiraje a la chimenea, dejar que más gente joven entre al sistema político.
-¿Tiene el gobierno una propuesta?
-Sí.  El presidente tiene la voluntad total de hacer cambios al sistema binominal y hacer reformas políticas de fondo. El gobierno está trabajando alternativas que esta semana presentaron a los presidentes de partidos y está recibiendo las propuestas de la oposición. El presidente lo que quiere es cerrar enero, antes de que todos salgamos de vacaciones, dando la señal de que el gobierno sí tiene interés de sacar adelante con un gran acuerdo una modificación al sistema electoral.
-¿Es en ese contexto la propuesta que presentaron el miércoles Carlos Larraín con Ignacio Walker?
-Claro y aunque me enteré por la prensa, valoro que las directivas se hayan sumado a lo que hace tiempo veníamos planteando con los independientes. El presidente podrá disponer ahora de los votos para sacar adelante esta reforma.  Si bien no comparto la idea del cambio del sistema presidencial, me alegra que seamos más los que deseamos impulsar esta reforma que está en la esencia del pensamiento del presidente. Ya en 2006, siendo Secretaria General de RN le presentamos a la entonces Concertación nuestra posición al respecto.
-Pero puede que aún otros parlamentarios de la Alianza se nieguen a cambios…
 -Tengo la impresión de que se van a sumar, que hay gente de la UDI que es partidaria de hacer cambios al binominal, aunque públicamente no lo dicen. Mucho más importante es tener paz social que seguir defendiendo la silla. La paz social tiene un costo e implica no sólo reformas políticas y de representación, sino económicas.
-¿Una reforma tributaria?
-Sí, y no basta mantener el alza del 20% post-terremoto. Para que sea contundente tiene que mirar los impuestos específicos, al combustible, a los libros, al pan, por dar un ejemplo. Lo estamos hablando con el presidente, con el senador Chahuán y otros desde que llegamos al gobierno. Pero dicha reforma tiene que tener un sentido, no es para engordar al Estado y se malgasten recursos. Los impuestos personales en Chile son realmente muy altos y debe haber incentivos para que los padres con hijos en estudios superiores puedan rebajarlos. Por otra parte, no existe un impuesto al retiro de utilidades y es ahí donde está la plata

Aspiraciones presidenciales: “Dios dirá”
-¿Tienes ambiciones políticas a futuro?
-Estoy feliz de senadora.
-¿Hasta 2018?
-Sí, aunque después de perder a mi hermano y de haber estado tan enferma,  aprendí que la vida es corta, única y frágil, yo no la planifico así que quién sabe…
-¿Candidata presidencial?
-No es una propuesta mía, es gente que me dice, que me habla, que pone Lily 2014 en la página web… Me siento halagada, reconocida, pero como diría Marcelo Ríos, de verdad, no estoy ni ahí.
-¿Pero te sientes preparada?
-Estoy desde muy chica en política y si el día de mañana tuviera que enfrentar un desafío presidencial, estoy preparada. Pero otra cosa es tener la disposición, la voluntad y las ganas de enfrentarlo. Cuando uno tiene ganas, arma equipos, hace ciertas cosas… Soy creyente y, bueno, Dios dirá.

Lo más leído