Andrés Chadwick: “Vamos a tener una tramitación larga de la Ley de Presupuestos”


Con un año y dos meses a cargo de las vocerías de gobierno, Andrés Chadwick se transformó en uno de los ministros claves de La Moneda.

Desde que el pasado 18 de julio de 2011 se convirtió en secretario de Estado y se instauró una suerte de “segunda etapa” del gobierno -con el ingreso al Ejecutivo de los llamados “coroneles” de la UDI, junto a Pablo Longueira y Evelyn Matthei-, no hay temas en que el titular del Ministerio Secretaría General de Gobierno quede al margen.

De hecho se ha transformado en el “apaga incendios” del gobierno -“que no son pocos”, según reconoce- y hoy también suena como eventual carta senatorial para enfrentar a la Concertación en la Región de Coquimbo, zona en que la centro izquierda históricamente ha tenido buenas votaciones.

Al respecto, dice que “no está en mi decisión, ni lo tengo previsto, ni lo tengo dentro de los destinos próximos. Cuando acepté ser ministro, de alguna manera lo hice pensando en que yo no iba intentar volver al parlamento. Y esa decisión la mantengo fuerte”, sostiene.

Es más, los rumores que corren por los pasillos de La Moneda, es que si Rodrigo Hinzpeter decide dejar la cartera de Interior para ir por un cupo parlamentario, Andrés Chadwick sería uno de los candidatos a reemplazarlo.

Mientras tanto, centra su mirada en las próximas batallas que se darán en el Congreso, como la tramitación de la Ley de Presupuestos y el reajuste del sector público, en los que anticipa que habrá dificultades.

- ¿Cómo será la tramitación del Presupuesto 2013? La Concertación ha planteado que será muy cuidadosa con las partidas de los ministros presidenciables…

- No va a ser fácil. De alguna forma entendemos que la Concertación, normalmente en los proyectos de ley que tienen mayor envergadura, ha tomado una estrategia política que es llevarlos a la última instancia, al último minuto y al último día. Vamos a tener una tramitación del presupuesto larga y hacia sus últimos plazos y sus últimos días.

- ¿Y su discusión?

- Si la Concertación tiene una preocupación por ser este año electoral respecto a que el presidente Piñera enviará un presupuesto aumentando el gasto público o generando recursos para proyectos que tendrán un afán electoral, en ese caso, espero que sea muy corta su discusión, porque los vamos a defraudar enormemente.

- ¿Cómo será el debate en torno al reajuste del sector público? ANEF reclama que aún no hay avances efectivos en los incentivos al retiro...
- Obviamente siempre los trámites de los reajustes -y no sólo para este gobierno- han sido difíciles porque la ANEF y su acción como gremio aspira al reajuste más alto y a que se incorporen otro tipo de materias. Lo óptimo para nosotros, es llegar con cifras que puedan ser lo más cercano y acordado con la ANEF. Vamos a hacer el esfuerzo. Obviamente lo que nos parezca lo más justo, según los rangos realistas y responsables sobre los que tenemos que conducir el país.

- Para sacar adelante la reforma tributaria - que estuvo cuatro meses en tramitación- tuvieron que recurrir a la comisión mixta, ¿qué harán con estos dos proyectos? ¿Es una alternativa el veto?

- La Ley de Presupuestos tiene un plazo legal que es el 30 de noviembre, de lo contrario rige el presupuesto anterior. El caso del reajuste del sector público es una cosa curiosa, no tiene un marco legal, no es obligación legal enviarlo y despacharlo, fundamentalmente descansa en la justicia del reajuste al término del año y de costumbre permanente que ha existido en nuestro sistema de administración.

-¿Tiene pensado alguna modalidad para su aprobación? El gobierno no tiene mayoría en el Congreso...
-Tenemos muy presente que no tenemos mayoría y por lo tanto tenemos que desarrollar un acción en el Congreso que sea coincidente con esa situación.

- ¿Y qué harán?

-Frente a eso hay dos opciones: que (el proyecto de reajuste) entre con una cifra más baja de lo que se está dispuesto a dar en términos reales para efecto de negociar en el Congreso y generar ahí la posibilidad de un acuerdo; o ingresar la iniciativa con la cifra real. Y esa es la que hemos ido adoptando en este último tiempo, fue así con el salario mínimo que sufrió variaciones muy menores dentro de lo que fue la cifra que propuso el gobierno y la que salió.

- Con la reforma tributaria en cambio no fue así...
-En la reforma tributaria se fueron buscando ajustes para lograr los acuerdos, pero sobre la base que habían materias que eran esenciales y que no estábamos dispuestos a aprobar un proyecto si se modificaban puntos esenciales. El tema más complejo de toda la tramitación fue establecer el crédito tributario en educación para las familias.

Veto de la UDI


-La reforma no estaba en el programa de gobierno. Hay quienes postulan que sin el veto del UDI que no transó en la rebaja de los impuestos a las personas en los tramos altos, se habría facilitado el acuerdo para la reforma...
-Es efectivo, la reforma tributaria no estaba en el programa de gobierno. La reforma o la modificación tributaria tiene un fin -que se nos presentó en el transcurso del gobierno- que es generar los recursos que nos permitiera financiar de forma estable y permanente distintos proyectos que estamos desarrollando a través de la reforma educacional. Pero no hubo veto.

- ¿Cómo evalúa el papel de los negociadores Cristián Larroulet y Felipe Larraín? Desde la Alianza hay quienes criticaron a Larraín...
-Siempre nos hubiese gustado ahorrar tiempo y que la cosas salgan más rápido. Pero aquí hubo dos etapas, la primera era presentar al Congreso un proyecto con conocimiento, aprobación y convicción de los partidos de la Alianza y eso tomó un tiempo y se logró; y lo segundo, negociar y dialogar con la Concertación. Ahí sí tuvimos un tiempo largo. Cuando se trata de temas económicos o sociales, siempre la Concertación considera que todo es insuficiente. Por lo tanto, tenemos que ir haciendo un trabajo muy de hormiga y ahí lo hicieron muy bien Felipe Larraín y Cristián Larroulet porque fueron conduciendo el proceso, tuvieron la suficiente paciencia y firmeza en términos de tener absolutamente claras las instrucciones del presidente.