Economía y Política

Iglesia cuestiona modelo excesivamente centrado en aspectos económicos y el lucro

Ricardo Ezzati, planteó su opinión respecto a distintos problemas sociales evidenciados en el último tiempo.

Por: | Publicado: Viernes 28 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Tras reconocer los avances y el progreso evidenciados en los últimos años, la Iglesia Católica chilena, en voz del presidente del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati, planteó su opinión respecto a distintos problemas sociales evidenciados en el último tiempo.

En una sorpresiva intervención 
-acompañado por el pleno episcopal-, el Arzobispo de Santiago planteó el malestar ante un determinado tipo de globalización. “Impresiona cómo en Chile y en otras naciones de la tierra se ha manifestado un profundo malestar ante el modelo cultural que ha impuesto la globalización y que va orientando nuestras vidas y organizando las sociedades del mundo según sus criterios”, afirmó.

En esa línea, hizo referencia a las manifestaciones a nivel internacional de los grupos de “indignados” y su réplica en Chile. “Diversas manifestaciones y en particular un poderoso movimiento estudiantil están pidiendo reformas. En el mismo sentido se han venido expresando sectores significativos de algunas regiones, que se sienten postergadas, no escuchadas, e incluso engañadas”, reflexionó.

Por ello manifestó malestar ante la excesiva centralidad de lo económico, dado que “Chile ha sido uno de los países donde se ha aplicado con mayor rigidez y ortodoxia un modelo de desarrollo excesivamente centrado en los aspectos económicos y en el lucro”.

En ese sentido, afirmó que por este modelo “se han desatendido realidades y silenciado demandas que son esenciales para una vida humana feliz. La tarea central de los gobiernos parece ser el crecimiento financiero y productivo para llegar al tan anhelado desarrollo. Tal vez hemos tenido la ilusión de que del mero desarrollo económico se desprenderían en cascada por rebase todos los bienes sociales y humanos necesarios para la vida. Ese modelo ha privilegiado de manera descompensada la centralidad del mercado, extendiéndola a todos los niveles de la vida personal y social. La libertad económica ha sido más importante que la equidad y la igualdad”.

En ese sentido, en temas netamente coyunturales afirmó que “se ha pretendido corregir el mercado con bonos y ayudas directas descuidando la justicia y equidad en los sueldos, que es el modo de dar reconocimiento adecuado al trabajo y dignidad a los más desposeídos. Hoy escandalosamente hay en nuestro país muchos que trabajan y, sin embargo, son pobres”. En ese contexto, criticó el “lucro desregulado, que adquiere connotaciones de usura” y agregó que “no es extraño que esta concepción marque profundamente la educación, uno de los ámbitos de nuestra sociedad donde se manifiesta más claramente la inequidad”.

La Iglesia también hizo un “mea culpa” respecto a las últimas denuncias que la han involucrado. “A nadie se le oculta que, por nuestras faltas, la Iglesia ha perdido credibilidad. No sin razón algunos han dejado de creernos. Resulta doloroso constatar que se nos ha hecho difícil transparentar al mundo de hoy el mensaje que hemos recibido. Nuestras propias debilidades y faltas, nuestro retraso en proponer necesarias correcciones, han generado desconcierto”, indicó.

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