Por Ángela Chávez M.
“Las economías más competitivas son las que tienen mayores tasas de sindicalización”, dijo ayer el ex director de la OIT, Juan Somavía, durante la clase magistral que dictó con motivo de la inauguración del año académico de la Universidad Central.
Durante la charla “Valorizar el trabajo en Chile: Un desafío nacional”, el también asesor en temas laborales de la candidata presidencial, Michelle Bachelet, advirtió que “la calidad del trabajo define la calidad de una sociedad” por lo que tratándose de un “pilar central, no puede ser considerado como un costo de producción que debe ser bajo para que sea competitivo”.
En ese sentido, subrayó que el desafío de darle un valor al trabajo tiene varios ángulos sobre los que actuar y acto seguido relevó tres: “La necesidad de incrementar los ingresos del trabajo en un marco de crecimiento y mayor productividad; la necesidad de liberar las trabas a la organización y negociación colectiva a los sindicatos y hacer durar mejor el primer empleo”.
Sobre el primer punto, Somavía comentó que mientras el salario mínimo por hora en Chile es de $ 1.100 -según la Fundación Sol- “cuando países que hoy están más desarrollados que nosotros tenían
US$ 18.000 per capita (cercano al chileno), en 1948, en EEUU (el mínimo) era de
$ 1.125; el año ‘62 en Canadá, $ 2.300; el ‘78 en España
$ 1.900. Esto quiere decir que tenemos ejemplos de países que se desarrollaron bien, que con los mismos US$ 18.000 de hoy tenían salarios mínimos muchos más altos. O sea, se puede hacer”, sentenció.
En materia de sindicalización, el ex director de la OIT recalcó que la práctica y una legislación antisindical producen desequilibrio y que el reemplazo en la huelga es “una herencia vergonzosa”.