Por Ángela Chávez M.
Con el año electoral de telón de fondo y cuando varios de los candidatos que se enfrentaran en primarias, el próximo 30 de junio, se disputan la representatividad del llamado votante de centro e "independiente", surge la interrogante respecto de hacia dónde se inclinarán aquellos movimientos sociales surgidos en el último tiempo y que en más de una ocasión, dejaron en "jaque" al gobierno de Sebastián Piñera.
En este universo, tan diverso como disimiles fueron las demandas, se inscriben desde el movimiento estudiantil que parece aglutinar un descontento con lo que representa el status quo general, hasta los movimientos regionales como el de Magallanes, Aysén y Freirina, con una serie de demandas locales, que poco tienen que ver con la realidad de quienes salieron a marchar por las calles de Santiago.
De ahí que el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Eugenio Guzmán, haga un distingo entre lo que es el movimiento estudiantil que se concentró en la capital y que a su juicio, en su gran mayoría congregó a gente de izquierda; con aquellas agrupaciones más locales que reunieron a ciudadanos de distintos colores políticos detrás de una serie de peticiones puntuales vinculadas con la realidad regional.
El mejor ejemplo de ello fue lo que se vivió en Magallanes, a principios de 2011, donde dirigentes empresariales locales se unieron a trabajadores, estudiantes y vecinos para reclamar por la "inequidad" en el cobro del gas que ellos mismos producían. Para mayor abundancia está el caso de los principales voceros del movimiento de Aysén: mientras Iván Fuentes, quien actualmente va de candidato a diputado por la DC, no tenía partido político en esa época; su colega y amigo, Misael Ruiz se identifica con el partido de Renovación Nacional (RN).
Gustos y poder local
Hecha la distinción, Guzmán predice que en el caso de los miles de manifestantes que coparon la Alameda en más de una ocasión -exigiendo desde una educación gratuita hasta el cambio de la Constitución-, de ir a votar en las próximas elecciones presidenciales podrían "darse el gusto" de sufragar por figuras como Marcel Claude o Alfredo Sfeir, y en segunda vuelta, a riesgo de que la Alianza se mantenga en el poder, terminarían apoyando la opción de Michelle Bachelet.
En ese sentido, el académico destaca que será más gravitante lo que ocurra con los movimientos sociales en el caso de las elecciones parlamentarias, donde los grandes ganadores podrían terminar siendo los dirigentes locales que sacaron la voz y que ahora postulan a renovar la caras del Congreso.
De ahí que Guzmán se atreve a señalar que Iván Fuentes, el carismático líder del Movimiento Social de Aysén, que postula a diputado por el distrito 59, en la lista de la DC, debiera tener buenas opciones en noviembre próximo.
Un ejemplo de cómo los líderes locales son los que pueden redituar lo que son las demandas sociales es el caso del reelecto alcalde de Calama, Esteban Velásquez, quien encabezó las movilizaciones que exigían que los importantes ingresos del cobre que se produce en la zona sean repartidos de una forma distinta y buena parte de ellos queden en la región.
Velásquez si bien se declara independiente tiene el respaldo del PRO que en las pasadas municipales logró sacar varios concejales precisamente en la zona norte del país.
Desencanto con la política
Con todo, el partner de Fuentes en el movimiento social de Aysén, Misael Ruiz, aclara que él sigue siendo vocero de la mesa que se constituyó en la zona -la que por estos días trabaja en la creación de la zona franca-, y como tal mantiene una posición "neutra". Es más, dice que pese a que tiene su tendencia y corazón en un partido, como dirigente social puede asegurar que en el movimiento hay más bien una sensación de "desencanto" con la política, la que, a su juicio, "se ha transformado en una farándula en donde se inculpan unos a otros y se olvidan de las bases". Por lo mismo, Ruiz anticipa que "esta vez la gente no se dejará engañar y le dará la oportunidad a personas e ideas nuevas".
Un presagio que, en todo caso, se dilucidará en noviembre porque al igual que Fuentes, algunos de los rostros del movimiento estudiantil también buscarán un escaño en el Parlamento. Y aunque hay quienes lo hacen con el apoyo de un partido como Camila Vallejo por el PC, otros como Giorgio Jackson y Gabriel Boric, lo hacen representado a nuevas organizaciones políticas, Revolución Democrática (RD) e Izquierda Autónoma (IA), respectivamente, y cuya definición en materia presidencial también está por verse.
En ese sentido, el mismo Boric reconoce que, si bien "no pretendo arrogarme la representatividad del movimiento social cuya virtud es la heterogeneidad", el competir por un escaño en el Congreso apunta a "no seguir delegando las demandas de la calle en los mismos de siempre". Mientras que para lo que significa la contienda presidencial, adelanta que la IA no se siente interpretada por ningún candidato y que el llamado será a marcar el voto por una Asamblea Constituyente (AC).