Por Rodolfo Carrasco M.
El miércoles 22 de mayo tiene en tabla la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, el proyecto de ley que regula el lobby o la llamada gestión de intereses. Sin embargo, la urgencia con que se retomará la discusión de la norma no garantiza que sea aprobado finalmente el texto que ya cumple casi una década de diversos trámites en que no ha logrado ser despachado desde el Parlamento.
El presidente de la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, Cristián Monckeberg (RN), manifestó que “para que esta ley salga necesitamos consenso y eso no ha existido en estos 10 años. Creo que la ley de lobby ahora si va a salir, pero no en la coyuntura, porque hace dos meses hemos estado trabajando en un acuerdo con el gobierno y estamos muy cerca”.
Explicó que “todos hemos entendido que debemos ceder en algo para que exista ley, porque lo peor que nos puede pasar es no tener ley”.
Agregó que respecto a la posibilidad de establecer un registro de lobbystas, que ha sido uno de los nudos centrales para poder lograr dar luz verde al proyecto, dijo que “si el registro de lobbystas no existe no es de vida o muerte, es mejor tener una ley de lobby que regule las situaciones de lobby”.
Sostuvo que es mejor que se regulen todas las gestiones ante las autoridades sean de personas que sean remuneradas o no y se avanza en la cantidad de personas que serán objeto publicar sus reuniones y actividades.
Moncekeberg dijo que muchos de los planteamientos realizados tanto por el Consejo para la Transparencia (CPLT) como por Chile Transparente fueron aceptados en la comisión.
En tanto, el diputado Pablo Lorenzini (DC), planteó sus dudas respecto a las reales posibilidades de que se logre acuerdo en una materia que por varios gobiernos no ha logrado ser despachada desde el Congreso.
Indicó que “todo lo que tenga que ver con el lobby es muy difícil que pase en el Congreso porque no hay voluntad. Se habla mucho de todos los sectores, pero a la hora de poner esto en votación no se hace nada”.
Dijo que no se le ha puesto discusión inmediata y que eso es una medida que apuraría el paso en este ámbito, porque “todos sabemos que se han aprobado proyectos en pocos días y son una realidad, pero en este caso no hay voluntad ni de las mesas del Senado ni del Ejecutivo y eso causa desazón, uno se pregunta ¿a qué le tenemos miedo?”.
Precisó que el tema del lobby “no es malo en sí mismo, uno ha analizado este tema en la OCDE a donde voy todos los años a una reunión anual y lo que se pide es transparentar el lobby, hacerlo formal, decir con quién se reúne y por qué. Además, que hay que dejar claro que el lobby no es sólo empresarial, también lo hay de los trabajadores, técnico, internacional incluso cuando se discuten los tratados y Chile también hace lobby afuera. Lo complejo es cuando esto se oculta”.
En definitiva, dijo que “habrá que esperar el próximo gobierno para avanzar en esto, incluso creo que esto debe ser propuesto en los programas presidenciales, asi como se habla tanto de cambiar el binominal, pero estas materias también son quizás igual o más importantes”.
El proyecto en discusión establece que las actividades realizadas por el sujeto pasivo de lobby tenga la obligación de éste de hacer pública su agenda cuando sostiene reuniones y audiencias -en el lugar que fuere- con personas -naturales o jurídicas, chilenas o extranjeras-, que tengan como objeto gestionar un interés particular para influir en alguna de las decisiones que éste pueda o deba adoptar en el ejercicio de sus competencias, ya sea que lo hagan intermediando o no una remuneración por dicha actividad. Así, se permite que todas las partes interesadas tengan conocimiento de quiénes han sostenido reuniones o audiencias con las autoridades, asegurando la igualdad de trato a todos las personas para acceder a la autoridad.