Nació como un pequeño emprendimiento de médicos, pero aspira a convertirse en una multinacional. Se trata de Bioscell, único banco de células madre expandidas en Chile, que ahora está en proceso de levantar capital para expandirse a cuatro países de Latinoamérica.
El presidente del Grupo Rapel -holding que agrupa una decena de empresa, entre ellas Bioscell-, Rodrigo Mardones, comenta que la compañía ha generado un alto interés de inversionistas, tanto nacionales como internacionales, entre los que se encuentran farmacéuticas de alcance global.
¿Por qué tanto interés? Mardones, médico de la Clínica Las Condes, comenta que las células madres pueden usarse para diversos tratamientos, como la mejora de lesiones o estético, y no un uso tan acotado como el de los bancos convencionales.
La compañía es controlada por el Grupo Rapel y hace algún tiempo ingresó a la propiedad el futbolista Mauricio Pinilla, quien tomó el 15%, tras tratarse una lesión.
Pero ahora, cuenta Mardones, están trabajando con asesores para definir el valor de la empresa e iniciar un proceso de aumento de capital que les permita expandirse. “Estamos terminando un estudio con una asesoría importante para valorizar la compañía y hacer un aumento de capital que nos permita crecer a nivel nacional y empezar a expandirnos en Latinoamérica”, detalla.
Y aunque el monto del aumento dependerá del trabajo de los asesores, Mardones cree que rondaría los US$ 50 millones en caso que el plan contemple la expansión internacional en paralelo a un par de países.
Entre las prioridades, dice, están México, Colombia, Perú y Argentina. La decisión, dice, también está ligada a la regulación de los países, porque en algunos está limitado el uso de células madre.
En septiembre, aproximadamente, esperarían que esté terminado este análisis y comience el levantamiento de capital para crecer vía franquicias en la región. “Esta compañía partió como un emprendimiento, luego se transformó en una empresa normal y, sin ninguna duda, podría convertirse en una transnacional, tiene un gran potencial”, comenta.
Añade que tras cuatro años desde su creación, Bioscell está llegando a su etapa de maduración y no descartan, incluso, ser una compañía abierta en bolsa. “Estamos lejos de eso todavía, pero puede ser una opción más adelante, no se puede descartar”, opina.
Un controlador para la Clínica Las Condes
Grupo Rapel también está presente en el negocio hospitalario, al ser uno de los mayores accionistas de la Clínica Las Condes, a través del Grupo de Accionistas Médicos Independientes (GAMI), que posee el 3,26%.
Junto a las propiedades particulares de socios del grupo, suman alrededor del 5% de la participación, lo que les permite contar con dos directores. No obstante, dice Mardones, les gustaría que la clínica tuviera un controlador claro.
“Nos interesa que la clínica logre, en algún momento, tener un controlador efectivo. La clínica funcionaría mejor con un controlador que con esta organización fragmentada de la propiedad. En ese sentido, hemos mirado algunos modelos de cómo esto podría ser posible”, dice.
¿Les gustaría participar de ese control? “A cualquier persona que maneja un porcentaje accionario importante como el de nosotros le interesaría que las líneas de pensamiento que tenemos respecto del desarrollo de la clínica participen de la mayor parte posible (...) Si tuviéramos el capital suficiente sin duda lo haríamos”, responde.