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Industria pesquera aún resiente los efectos del terremoto

A pesar de haber terminado 2010 con pérdidas significativas, la labor de algunas pesqueras demuestra que la batalla aún no está perdida.

Por: | Publicado: Lunes 28 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Daniela Paleo Risco


A las cuatro de la madrugada del 27 de febrero de 2010, 30 minutos después de uno de los movimientos sísmicos más grandes en la historia de Chile, las empresas pesqueras de la zona del Biobío vieron como algunas de sus plantas eran arrasadas por la primera ola del tsunami. A 365 días de la tragedia, el balance no es de los mejores. 
Bajas en volumen y valor de las exportaciones de harina de pescado, congelados y conservas -que se cuentan entre los productos a que se abocan las empresas de la sureña región-, dan señas del golpe. 
El presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), Roberto Izquierdo, sostiene que 2010 fue uno de los peores años en la historia de la industria pesquera. “Quienes sufrieron daños menores en sus instalaciones pudieron reparar, pero quienes tuvieron daños graves de infraestructura y maquinaria seguimos paralizados”, dice, refiriéndose a la pesquera de su familia, Alimar.

El impacto del terremoto y tsunami en la industria pesquera de la zona centro-sur significó que de las 35 plantas pesqueras asociadas al gremio, 18 de ellas sufrieron daños severos, con un costo de US$ 300 millones en pérdidas sólo en infraestructura dañada, afectándose casi el 50% de la capacidad instalada del sector.

A la fecha, los números sobre las empresas del gremio son las siguientes:de las once plantas de harina, sólo una está con daño total y dos todavía se encuentran en reparaciones para lograr su 100% de capacidad; de las cinco plantas de conservas, todas están operativas, y de las dos plantas de apanado, hay una operativa. Con respecto a las ocho plantas de congelados, sólo una tiene daño total.



Recuperación lenta, pero segura


Pero, como dicen los empresarios de la zona, las crisis generan oportunidades y obligan a fortalecerse. Bien lo saben las firmas de la VII Región. Empresas como Landes y El Golfo iniciaron planes de largo plazo para afrontar las pérdidas y, de paso, prepararse para la renovación de cuota de captura en 2012. 
“Hemos estado abocados a la reconstrucción de nuestra planta de harina, la que hoy está casi terminada”, expone el gerente general de Landes, Andrés Fosk. Sin embargo, advierte, “los procesos de consumo humano se perdieron completamente y a la fecha no ha sido posible reconstruir debido a la alta inversión requerida”. Por esta razón, Landes junto a Itata y El Golfo (estas dos últimas llevaron a cabo en enero su fusión) anunciaron en diciembre la compra del 60% de la empresa conservera Alimentos Mar Profundo. “Como la situación de la industria no permite pensar hoy en nuevas inversiones para más plantas, tomamos esta decisión para potenciar otros rubros”, acota Fosk.





L

a situación del desempleo


Desde el punto de vista del empleo, Izquierdo señala que 2010 fue un año extremadamente difícil. Los daños del terremoto, sumado a la escasez de jurel, generaron unos de 2.000 despidos aproximadamente. 
Sin embargo, las pesqueras del sector coinciden en que lo peor ya pasó, el momento más duro en el desempleo se vivió durante 2009 y 2010 por el terremoto y otros motivos del sector pesquero.

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