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Los inversionistas que apostaron por la compra de Twitter por parte de Elon Musk se preparan para hacer caja

Carl Icahn, Pentwater y Hindenburg Research predijeron que el multimillonario completaría la adquisición.

Por: Financial Times | Publicado: Jueves 6 de octubre de 2022 a las 08:12 hrs.
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Conocidos inversionistas han apostado por el éxito de la operación de Twitter desde que en abril Elon Musk se ofreció a comprar la red social por US$ 44.000 millones.

Aun así, el desenlace ha sido totalmente incierto desde que el CEO de Tesla intentó cancelar la operación en julio. Lo que está claro es que, desde que Musk anunciara el martes a Twitter que tiene la intención de cerrar la compra al precio acordado de US$ 54,20 por acción, el precio de las acciones se ha disparado y los inversores que apostaron por el éxito de la compra recogen ahora los beneficios.

En estos meses, los expertos en acuerdos de Wall Street habían estudiado el contrato legal de la transacción y los acuerdos anteriores para evaluar si Musk podía de verdad echarse atrás.

La opinión generalizada era que Twitter tenía todas las de ganar. Prácticamente nadie creía que los argumentos de Musk sobre el exceso de cuentas falsas pudieran ser un motivo de peso para que el multimillonario renunciara al acuerdo.

La única sorpresa fue que Musk cedió aparentemente sin obtener ninguna concesión.

En los últimos meses, el multimillonario inversor activista Carl Icahn acumuló una posición de más de US$ 500 millones en Twitter, después de que el precio de sus acciones cayera por debajo de los US$ 40 por la creciente incertidumbre de los inversores y el temor a una prolongada batalla legal entre las dos partes.

El hedge fund Pentwater Capital Management, afincado en Florida, creó una posición en Twitter de unos 22 millones de acciones, pero la cubrió con opciones de venta.

Icahn y Pentwater pueden ganar cientos de millones de dólares si Musk cumple su palabra y cierra la adquisición. Otros grandes hedge funds, como DE Shaw, también podrían obtener grandes ganancias.

Musk y Twitter estudian cómo atar los cabos sueltos y formalizar la operación y el consejero delegado de Tesla ha declarado que quiere que se paralice formalmente el proceso judicial a cambio de dar los pasos necesarios para que los accionistas de Twitter reciban su dinero.

Icahn sostiene que nunca dudó de que el acuerdo llegara a buen puerto. En declaraciones a Financial Times, aseguró que "era bastante obvio que quiere esta plataforma y, en mi opinión, puede permitirse la operación. Para ser un inversor de éxito hay que distinguir el bosque de los árboles. Hay que fijarse en lo obvio, que a menudo se pasa por alto".

Cada vez que se anuncia una gran operación, los llamados fondos de arbitraje de fusiones hacen apuestas que buscan beneficiarse de que el acuerdo acabe cerrándose. Suele haber un diferencial entre el precio de adquisición y el precio al que cotizan las acciones, lo que refleja tanto el riesgo de que el acuerdo no llegue a buen puerto como el coste de la operación hasta que se complete.

En los días posteriores a que el multimillonario aceptara comprar Twitter, la rentabilidad creció a medida que los inversores valoraban la posibilidad de que Musk no comprara la empresa.

Cuando Musk anunció que se retiraba y el precio de las acciones de Twitter cayó, el arbitraje se convirtió en una operación perdedora.

Algunos grandes hedge funds perdieron dinero durante meses antes de aumentar sus apuestas durante el verano, convencidos de que los abogados de Twitter habían sellado un acuerdo que Musk se vería obligado a cumplir.

"Cualquiera que recurra al término arbitraje para cualquier acuerdo en el que esté implicado Elon Musk está utilizando mal el término. Musk vive en un mundo tipo Alicia en el País de las Maravillas", explica Nathan Anderson, fundador de Hindenburg Research, un fondo especializado en ventas en corto. Hindenburg ha hecho dos apuestas ganadoras en Twitter, al principio vendiendo en corto las acciones en mayo, cuando se supo que Musk intentaría abandonar el acuerdo después de que las acciones tanto de Tesla como de la red social comenzaran a caer. Una vez cerrada esa apuesta, la firma reveló su apuesta por Twitter bajo la premisa de que había pocas esperanzas de que el multimillonario pudiera abandonar el proceso.

La firma con sede en Nueva York vendió todas sus participaciones en Twitter el martes, cosechando enormes ganancias que Anderson no quiso cuantificar, aunque reconoció estar "contento de bajarse de esta montaña rusa".

Otros se mantienen dentro, más seguros que nunca de que Musk cumplirá su palabra y pagará la totalidad de los US$ 54,20 por acción.

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