José Manuel Duarte
El presidente de Vinos de Chile y gerente general de Viña Tamaya, René Merino, afirmó que las perspectivas para las viñas para 2011 son auspiciosas, incluso comparadas con la importante expansión que se vio el año pasado.
Agregó que el sector vitivinícola, tal como en 2010, “de nuevo crecerá en torno al 10%”, apuntando a la creciente demanda por vino chileno y a la capacidad de producción de la industria local: la vendimia de este año se estima de muy buena calidad y muy abundante, cercana a 1.000 millones de litros.
Sin embargo, el ejecutivo afirmó que estas buenas noticias podrían no condecirse con beneficios reales para las viñas.
El principal problema que enfrentan tiene relación con un factor estructural: el bajo precio del dólar. Merino comentó que la caída en el tipo de cambio es una dificultad permanente para la industria y que los márgenes de ganancia para las empresas vitivinícolas se han reducido, trayendo como consecuencia que la industria haya disminuido su tamaño significativamente. En opinión de Merino, Chile estaría viviendo con la llamada enfermedad holandesa por casi siete años: grandes entradas de capitales en dólares por el alto precio del cobre que termina apreciando el peso y afectando las otras exportaciones.
Merino afirmó que la única solución de largo plazo vendría dada por un aumento en los precios, pero para ello se requeriría tener una mejor imagen país. Sin embargo, eso sería trabajo del propio Estado y no de la industria. “El aporte del Estado que nosotros tenemos es pobre y es claramente menor de lo que tiene nuestra competencia”, comentó.