Gobierno ruso lanza campaña anticorrupción

La administración de Vladimir Putin está impulsando una iniciativa sin precedentes. Si bien está atrayendo titulares y generando debate, podría ser peligrosa para el mandatario.

Por: | Publicado: Lunes 24 de diciembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Rusia está en medio de una campaña anticorrupción sin precedentes desde que Vladimir Putin asumió el poder por primera vez, en 1999. Media docena de casos están siendo investigados, con otros que se rumorean; un ministro del gabinete ya fue despedido. Recientemente, Putin dijo que la corrupción estaba erosionando el desarrollo potencial del país y que, para proteger la autoridad moral del Estado, una política de “limpieza y renovación de autoridades” será implementada “firme y consistentemente”. Les pidió a los funcionarios senior que trajeran de vuelta al país desde el exterior sus participaciones accionarias y ahorros.

El caso de más alto perfil es una supuesta corrupción en el Ministerio de Defensa, relacionada con una venta ilegal de una propiedad por parte de Oboronservis. Eso ya provocó la destitución del ministro de Defensa, Anatoly Serdyukov. A ello se suma que el diseñador jefe de la iniciativa satelital Glonass fue despedido por malversación. También ha habido despidos en la agencia espacial, Roskosmos, y en el órgano responsable de organizar la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Vladivostok en septiembre. Además, las oficinas de Rostelecom, un gigante de las telecomunicaciones, han sido allanadas, y el principal accionista de la compañía y el presidente ejecutivo han sido cuestionados por un desfalco al banco estatal VTB. A su debido tiempo, podría abrirse un caso en contra de Yelena Skrynnik, ex ministra de Agricultura. El canal Rossiya 1 ha emitido acusaciones sobre su responsabilidad por enormes pérdidas en la agencia Rosagroleasing, que lideró entre 2001 y 2008.

El número de investigaciones no tiene precedentes y apunta a un cambio de actitud en la cima del Estado. Antes, Putin era reacio a ver que los paños sucios de las autoridades se lavaran en público.



¿Por qué ahora?


Hay diversas razones por las que Putin está impulsando una campaña contra la corrupción ahora. Primero, como le dijo al Parlamento, la corrupción erosiona el potencial de crecimiento económico, y esto es menos tolerable ahora que hace una década. Segundo, la corrupción es el tema más potente para la oposición y, por lo tanto, actuar sobre ella es políticamente sensible. Tercero, una nueva campaña complacerá a los silovikis en los que Putin confía más desde el estallido de las protestas a fines de 2011. Cuarto, una campaña podría ayudar a frenar el comportamiento corrupto de la burocracia estatal. Finalmente, podría ayudar a definir el tercer período presidencial de Putin y recuperar apoyo público.

En gran parte, el impulso anticorrupción está siendo liderado por el comité de investigaciones bajo Aleksandr Bastrykin, quien ha jugado un rol destacado en la represión de la oposición desde la elección presidencial en marzo. Se asume que la campaña ha sido aprobada por Putin, aunque él podría no haber estado familiarizado con todos los aspectos debido a una ausencia obligada del Kremlin por problemas de salud. Más concretamente, también hay una intensa lucha por el control sobre activos y puestos de poder entre diferentes facciones. 
Esto fue evidente en el asunto de Oboronservis, donde una alianza de los silovikis y la industria de defensa forzó la salida de Serdyukov. En el asunto de Skrynnik, que todavía no se ha convertido en caso criminal, la ex ministra se hizo enemiga de dos silovikis. Ambos asuntos son consistentes con una tendencia de los silovikis cercanos a Putin de reafirmar sus privilegios en relación con un grupo más joven y liberal que avanzó durante la presidencia de Dmitry Medvedev.

Sin embargo, no todos los casos siguen este modelo. El asunto de Rostelecom es, de acuerdo con un juicio, una batalla por el control de Rostelecom y Svyazinvest entre la actual administración, cuyo apoyo en el Kremlin parece estar debilitándose, y una facción de hombres de negocios y políticos cercanos al gabinete. En ese caso, los aliados de Medvedev parecen tener la delantera.



Una guerra limitada


Si bien la campaña está atrayendo muchos titulares y generando un intenso debate, hasta ahora no ha afectado directamente a funcionarios senior. Los acusados y detenidos son funcionarios de menor rango. Si esto se mantiene, fortalecerá la impresión de que Putin ha respaldado una campaña anticorrupción sobre el entendido que no amenaza los puestos (y por lo tanto la lealtad) de los miembros más antiguos y ministros.

Además, si aquellos en la burocracia perciben que están involucrados en guerras de clanes en vez de una campaña de manos limpias, es poco probable que el impulso anticorrupción tenga un efecto de disciplina.

Sin embargo, la campaña anticorrupción tiene riesgos para Putin. Hay un deseo en la sociedad de ver que la corrupción de alto nivel sea castigada firmemente. Al permitirle al comité de investigaciones actuar, Putin ha elevado las expectativas, y no cumplirlas podría ser peligroso para su posición.

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