Preservar el generoso tratamiento fiscal de los costos de interés se ha convertido en la principal preocupación de las grandes empresas a medida que contemplan posibles cambios en la forma en que se les graba en el marco del próximo gobierno. Así, conservar las actuales reglas es más importante que mantener en 20% la tasa del impuesto a las sociedades o reducir los impuestos al empleo, según un sondeo de Tolley Tax Journal.
La encuesta detectó un amplio apoyo a las políticas de recortes fiscales impulsadas por la coalición gobernante. Nueve de cada diez de las 75 empresas que participaron estaban de acuerdo con que el gobierno ha tenido éxito con su política insignia de crear "el régimen de tasas corporativas más competitivo del G20".
Casi todas las empresas encuestadas respondieron que el tratamiento fiscal de las deducciones era importante para la competitividad de Reino Unido, con un 72% afirmando que era "muy importante".
Las reglas que permiten a las compañías deducir los pagos de intereses de sus cuentas de impuestos son relativamente flexibles para los estándares internacionales. Han sido criticados por permitir a las compañías desplazar los beneficios a países con impuestos más bajos aunque haya normas –conocidas como "tope de deuda mundial"–, que limitan el movimiento de beneficios utilizando deuda excesiva.
Más de seis de cada diez encuestados piensan que el recorte del impuesto a las sociedades en ocho puntos porcentuales a 20% ha dado lugar a un aumento en la inversión y el crecimiento, pero para la mayoría tenía un impacto marginal.
La encuesta subrayó la crítica contra la introducción el mes pasado de un impuesto sobre los beneficios desviados, que penaliza a las empresas que mueven beneficios a países de baja tributación. Siete de cada diez encuestados dijeron que minó la competitividad fiscal del país, con un poco de temor a la doble tributación, la imprevisibilidad y complejidad si otros países siguen el ejemplo.
Uno de los encuestados atacó al gobierno por "hacer política" con este impuesto. "Parece que quieren jugar la carta política con el riesgo de socavar el competitivo régimen fiscal (de Reino Unido)". Otro dijo: "A lo largo de la vida útil de la coalición ha habido ´redadas´ fiscales sobre petroleras y bancos y, más recientemente, el impuesto a los beneficios desviados se ha sacado del sombrero como un conejo desconcertado. Algo de alivio tardío se ha dado al sector petrolero este año, pero estas tres áreas muestran que 'previsibilidad, estabilidad y simplicidad' no siempre reciben una audiencia apropiada".
El nerviosismo sobre los posibles cambios en el tratamiento de los intereses lo provoca la revisión internacional de las normas del impuesto a las sociedades que debe terminar en septiembre. Los encuestados son escépticos con que la iniciativa, liderada por la OCDE con el objetivo de promover un crecimiento sostenible, logre sus objetivos declarados, con un 55% considerando que no lo hará.
Los Liberal Demócratas anunciaron que implementarían cualquier restricción a la deductibilidad de intereses que presente la OCDE, con lo que el partido cree que podría recaudar más de 740 millones de libras al año. Según el think-tank Institute for Fiscal Studies, "no hay garantía de que la implementación de las propuestas sea la mejor opción, sobre todo de manera unilateral y, sin duda, no es garantía de que con ello se recaudarán 740 millones de libras al año".
Heather Self, socia de la firma legal Pinsent Masons, dijo: "No sorprende que la deductibilidad del costo genere tanta preocupación entre los participantes del sondeo en la medida en que existe un riesgo real de que la cura de la OCDE sea peor que la enfermedad. Las propuestas inciales que he visto parece que implican el cumplimiento de onerosas cargas y en muchos casos la doble tributación".