América Latina está atrapada en el fuego cruzado entre dos gigantes. Para una mitad de la región, Centroamérica y el Caribe, su futuro estará estrechamente ligado al camino de Estados Unidos, el principal destino de sus exportaciones. Para la otra, Sudamérica, que concentra sus envíos a China, será la potencia asiática la que definirá su suerte. Por eso, la relación entre la primera y la segunda economía del mundo es el principal riesgo para toda la región, asegura Mario Mesquita, economista jefe del banco Itaú.
“En el contexto internacional, lo que más nos preocupa es cómo se va a desarrollar la relación entre China y EEUU bajo el nuevo gobierno de Trump”, explica el experto. “El peor escenario es que la relación política y comercial entre EEUU y China se deteriore, lo que llevaría a una caída del crecimiento y del comercio mundial”, agrega.
Pero el economista asegura que hay razones para estar optimista. Argentina habría salido de la recesión en el cuarto trimestre de 2016 y Brasil lo hará este año, dice Mesquita, un ex director del Banco Central de Brasil cuyo nombre ha sonado en el pasado para encabezar la entidad. Para Chile el banco proyecta un crecimiento de 2% este año y 2,5% el próximo.
- ¿Cuál será el factor más determinante para la región?
- El cambio de política económica que está ocurriendo en EEUU, que va a afectar a los países de la región de manera distinta. Las economías de Sudamérica van a crecer más en 2017 que el año pasado. Brasil va a salir de la recesión, y Argentina ya salió. México, en cambio, crecerá menos, debido a la incertidumbre por la política económica de EEUU.
- ¿Cuáles son los riesgos al alza y a la baja para el panorama en EEUU?
- El peor escenario es que la relación política y comercial con China se deteriore. Y en el escenario más favorable, si los controles y equilibrios de la constitución funcionan bien ayudarán a moderar las iniciativas de Trump, reduciendo la incertidumbre.
- ¿Y las perspectivas para China cómo afectarán a las economías exportadoras de commodities?
- China a va a tener dos ritmos este año. Empezó creciendo bien, por encima de 6%, pero va a desacelerarse en la segunda mitad del año, más cerca de 5%, porque han tomado una política monetaria más restrictiva. Los precios de los commodities van a caer gradualmente durante 2017, pero el promedio para el año será más alto que en 2016. No es un ambiente malo para los países que son exportadores de commodities.
- ¿Argentina y Brasil saldrán de la recesión con crecimiento vigoroso?
- En el caso de Argentina lo hará con un crecimiento más sólido, porque este año debe crecer un poco menos de 2,7%. En Brasil será mucho más débil, en cerca de 1%, más que nada debido al final del ciclo de inventarios. En su caso, el crecimiento más fuerte solamente se producirá en 2018.
- La llegada de Trump ha alimentado temores por una guerra cambiaria. ¿Es un riesgo adicional para la región?
- Casi todos los países de la región tienen un tipo de cambio flotante, aunque hacen intervención ocasional en sus mercados cambiarios. La mayoría de las monedas va a depreciarse un poco o a mantenerse estable. Donde ha habido y seguirá habiendo intervención es en México, pero para fortalecer el peso, no para ganar competitividad, por eso no será un problema para las autoridades de EEUU. Pero el peor momento para el peso mexicano es ahora y se va a fortalecer durante el año tras la reducción de la incertidumbre en el país vecino.
- Siguiendo en el ámbito político, los escándalos de corrupción han tenido un fuerte impacto en la economía de Brasil. ¿Ahora que el caso de Odebrecht se ha extendido a toda la región, lo están considerando en sus análisis?
- Todavía no directamente, pero es un riesgo a la baja. Todos los países de la región, quieren invertir en infraestructura. Eso depende de las empresas constructoras. Si hay una crisis en este sector por la corrupción es más difícil aumentar la inversión en infraestructura. Y también hay un riesgo político en el sentido más amplio, porque en países como Brasil el gobierno necesita apoyo político para aprobar reformas que son necesarias para volver a crecer. Pero lo importante es que estas investigaciones lleven a un mejor ambiente de negocios y a una vida económica más sana. Es un proceso que puede tener costos pero a la larga es bueno.
- El cambio de signo político en varios países de la región trajo una ola de entusiasmo de los inversionistas, pero el optimismo se ha diluido en Argentina. Las inversiones siguen paradas y la inflación está disparada. ¿Llega a tiempo la recuperación para salvar este escenario?
- Parece que sí. Argentina empezó a crecer a fines del año pasado. Debe crecer cerca de 3% este año. Hay mucha incertidumbre pero creo que al nuevo gobierno le irá bien en las elecciones de octubre. Lo que no sabemos es qué tan rápido va a ser el ajuste fiscal después de las elecciones. La visión en Argentina es que el gobierno va a retrasar el ajuste para que se recupere la economía y ganar las elecciones. Después podrá hacer un ajuste más fuerte. La política económica de Macri se verá completa después de las elecciones. Pero estamos positivos sobre Argentina.
- ¿El gobierno en Brasil podrá sacar adelante las reformas?
- El proceso continúa. Hay dos reformas en Brasil que son muy importantes en el congreso, la de la seguridad social que es una condición necesaria para que el gobierno ponga sus cuentas bajo control y la reforma laboral, que es muy importante para que Brasil vuelva a crecer con empleo. El gobierno quiere votar estas reformas en junio o julio. Es posible que tenga éxito. Hay incertidumbre sobre este punto también, pero el presidente Temer tiene la mayor parte del congreso de su lado.
- ¿Sus proyecciones para Chile varían según quién gane las elecciones?
- Chile es un país de centro. Las políticas no cambian tanto con los resultados de las elecciones como en Brasil o Argentina.