El Banco de Japón (BoJ) mantuvo ayer intacta su política monetaria y dejó la tasa de interés de corto plazo en el mínimo histórico de -0,1%. Al mismo tiempo, mejoró las previsiones de crecimiento del PIB de 1,3% proyectado en su reunión anterior a 1,5% para el año fiscal que comienza en abril.
Junto con ello, la institución mantuvo sus previsiones de inflación para el año fiscal que comienza en abril, en 1,5%. Asimismo, señaló que seguirá comprando bonos al mismo ritmo que el año pasado, pero advirtió que su misión podría verse complicada por el alza de tasas en EEUU, el debilitamiento del yen y la incertidumbre por las políticas de Donald Trump.
El presidente de la institución, Haruhiko Kuroda, evitó criticar al nuevo gobierno estadounidense, pero dijo que el proteccionismo podría frenar el crecimiento global y subrayó la importancia del rol de las instituciones multilaterales, entre ellas la Organización Mundial de Comercio.
“El impulso para llegar a nuestra meta de inflación de 2% se mantiene, pero carece de fuerza”, dijo la institución en su reporte trimestral, advirtiendo que las incertidumbres globales podrían hacer que las empresas fueran cautelosas a la hora de subir precios y salarios.
“La administración de Trump y sus políticas son la fuente más importante de riesgo para las previsiones del BoJ”, señaló a Bloomberg el jefe de economía japonesa del Bank of America, Izumi Devalier.
Por su parte, el economista de Barclays en Japón Yuichiro Nagai, señaló a Reuters que “si la economía mantiene una recuperación estable en los próximos meses, esperamos que el BoJ endurezca su política”.