El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer que no competirá por la candidatura demócrata para las elecciones presidenciales de 2016, poniendo punto final a meses de especulación y dejando el camino despejado para que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton logre la nominación de su partido.
Biden, que ha evaluado la posibilidad de presentarse desde agosto, compareció desde el jardín de la Casa Blanca acompañado de su esposa, Jill, y el presidente Barack Obama para decir que la posibilidad de iniciar una campaña exitosa se ha cerrado. Iniciar la campaña tan tarde habría supuesto un gran desafío para Biden, quien habría tenido que establecer una red de recaudación y la estructura de la campaña muy rápidamente de cara al primer acto de nominación agendado para el 1 de febrero. “Desafortunadamente, creo que estamos fuera de plazo para lograr una campaña exitosa”, dijo Biden, que durante estos meses dudaba si su familia y él estaban preparados para iniciar una agotadora campaña en momentos en que siguen de luto por el fallecimiento de su hijo Beau en mayo a causa de un cáncer cerebral.
“Aunque no seré candidato, no me quedaré en silencio”, aseguró. “Hablaré claro y con fuerza para influir en todo lo que pueda sobre dónde estamos como partido y dónde tenemos que ir como nación”.
La decisión de Biden, de 72 años, es un impulso para Clinton, cuyo principal rival es ahora el senador Bernie Sanders, pero en los sondeos le lleva más de 20 puntos de ventaja. “El camino para Hillary es más fácil ahora”, explica el estratega demócrata Bud Jackson, según Reuters. “La mayoría de las encuestas reflejan que no tener a Biden en la carrera es más beneficioso para ella”.
El efecto del debate
Una caída de Clinton en las encuestas había abierto la puerta a una precandidatura de Biden, originando llamados de sus seguidores a que buscara la presidencia.
Pero el buen desempeño de Clinton en el debate demócrata del 13 de octubre cambió el rumbo de la campaña de la ex primera dama y acalló los comentarios que apuntaban a que era vulnerable en la búsqueda de la nominación de su partido para las elecciones de noviembre del 2016.
El apoyo a Clinton entre los demócratas aumentó en diez puntos tras el debate. La ex secretaria de Estado obtuvo el respaldo de alrededor del 52% de los participantes de la encuesta, seguido por el senador por Vermont Bernie Sanders con un 27% . El apoyo de Biden, de un 13%, bajó 6 puntos porcentuales.