El rendimiento de los bonos griegos a dos años se acercó a 10%, impulsado por la incertidumbre sobre la situación económica del país que enfrenta difíciles negociaciones con sus acreedores.
El rendimiento de papeles con fecha de vencimiento en 2019 aumentó ayer 84 puntos base, a 9,77%, su nivel más alto desde septiembre.
Los bonos fueron emitidos en abril de 2014 en una serie de ventas que marcaron la vuelta del país a los mercados internacionales. Su rendimiento era de 4% en 2014, pero aumentó a 37% en 2015, el año del referendo que puso en duda la permanencia del país en la eurozona.
Ahora Grecia enfrenta dificultades para negociar las condiciones del próximo tramo de ayuda financiera. El lunes, el FMI señaló que el país no llegará al superávit fiscal de 3,5% que pide la UE.
El FMI, además, pidió al gobierno griego otras medidas de austeridad, como “racionalizar el gastos en pensiones”, y acelerar las reformas estructurales.
Sin embargo, el portavoz del gobierno griego, Dimitris Tzanakopoulos, aseguró ayer que el país no se rendirá frente a las demandas “ilógicas” del Fondo.
El acuerdo debe ser alcanzado antes de la reunión de los ministros de finanzas de eurozona el 20 de febrero.
“Todo depende de las conversaciones con los acreedores que típicamente es un tipo de riesgo muy difícil de evaluar para los inversionistas”, dijo en un correo electrónico Antoine Bouvet, estratega de tasas de interés en Mizuho International. “Podemos imaginar que algunos inversionistas prefieran esperar hasta que la incertidumbre sea resuelta antes de reinvertir en este mercado”, agregó.