Después de una década de crecimiento impresionante la economía peruana ha entrado en una fase de estancamiento, a medida que la inversión privada pierde velocidad. Más allá del deterioro en los términos de intercambio, el país vecino se ha visto afectado por una pérdida de confianza, en medio de crecientes conflictos políticos.
Para el gerente de análisis económico para Perú de Scotiabank Perú, Guillermo Arbe, lo peor ya ha pasado, y la nación andina está encaminada a un repunte apoyada sobre un millonario plan de infraestructura.
Sin embargo, el factor clave para un despegue sólido serán las próximas elecciones. "La inversión privada podría recuperarse cuando empiece el ciclo de infraestructura, pero para que vuelva a ser el motor de un crecimiento de más de 5% se va a necesitar un incentivo que mejore la confianza.
Potencialmente las elecciones pueden ser ese incentivo", dice el experto. Sin embargo, las elecciones pueden ser tanto un factor a favor como en contra. "Si salen mal, obviamente que eso no va a ocurrir". Las dudas, sin embargo, se disiparán pronto. Con los comicios programados para abril, el ambiente electoral ya se está encendiendo.
- ¿Qué tan optimista está respecto de la recuperación?
- De crecer a tasas por debajo de 1%, a partir de abril deberíamos empezar a ver crecimiento consistente por encima del 3%. No es mucho comparado con el 6% de años anteriores pero es una mejora.
- ¿Y hacia adelante?
- Perú está entrando a un período de inversión en infraestructura a través de asociaciones público privadas. Ya están concesionados más de US$ 20 mil millones. Si no hay otro shock externo deberíamos recuperar un crecimiento de entre 4% y 5% en 2016 y 2017.
- ¿Aunque los commodities no regresen a sus niveles previos?
- La clave es la inversión privada. Los términos de intercambio han afectado la inversión privada en general, no sólo la minera, pero al margen de los términos de intercambio, hay un contexto también de preocupaciones políticas internas.
- ¿Cómo afecta la situación política a la confianza?
- Hay una sensación de debilidad del gobierno y desorden en la arena política debido a los cambios de gabinete y encuentros entre el Ejecutivo y el Congreso y el gobierno y la oposición. Todo eso contribuye a una sensación de desorden que preocupa a los empresarios.
- Además ha habido tensión social en torno a proyectos mineros...
- Al gobierno se le cuestiona que no ha tenido previsión para anticipar los conflictos y luego liderazgo para manejarlos. Es algo que se le ha desbordado y que puede continuar afectando la imagen del gobierno y la inversión privada.
- Pero la mayor actividad de las comunidades es un fenómeno global...
- Hay un tema de preocupación ambiental que existe en todos los países, pero el aspecto ambiental se debería poder manejar a través de normas regulatorias. En Perú, lo que contribuye a los conflictos sociales es que es la forma que usan algunos líderes políticos para potenciarse. Por eso que no siempre funciona el diálogo. Porque hay agendas políticas que dependen de que haya conflicto.
- El FMI ha dicho que Latinoamérica desperdició el auge de los commodities para hacer reformas productivas. ¿Qué mejoras de productividad ve en Perú?
- En los últimos quince años Perú no creció por materias primas sino por demanda interna. Las exportaciones fueron lo que menos contribuyeron al crecimiento y la minería creció mucho menos que el PIB. La razón principal del crecimiento fuerte que tuvimos entre 2005 y 2012 fue una inversión privada muy amplia, en todos los sectores, que elevó la productividad, creó empleos y aumentó el consumo privado.
- ¿Y hay margen para seguir avanzando en ese sentido?
Sí hay margen, la pregunta es si hay confianza, lo que se ha perdido mucho es la confianza y eso es lo que se hay que recuperar. La confianza depende de varias cosas, uno de esos factores son los términos de intercambio, que afectan la inversión en general, no sólo la minera, y eso algo con lo que probablemente tendremos que aprender a convivir. Cómo hacer crecer la inversión privada incluso en un entorno de términos de intercambio desfavorables. Pero yo lo veo así: en los últimos años, los precios de los commodities crecieron para todos los países emergentes, pero Perú, Chile y Colombia crecieron más que el resto porque tenían algo más que buenos términos de intercambio. Tenían balanzas macroeconómicas robustas, situaciones fiscales muy buenas, continuidad en la política económica, sistemas financieros sólidos y apertura comercial.
Si seguimos en esa línea, vamos a poder crecer, incluso con términos de intercambio más difíciles, formando una clase media y con un crecimiento sostenido.