El senado estadounidense aprobó ayer al ex gerente de Exxon Mobil Rex Tillerson como secretario de Estado, derribando la demanda de la oposición demócrata de cuestionarlo sobre la reciente orden ejecutiva del presidente, Donald Trump, que prohíbe la entrada a inmigrantes de siete países de mayoría musulmana.
Pero otras nominaciones siguen en problemas. La mayoría republicana forzó la aprobación en comisión de los nominados para los departamentos del Tesoro, Steven Mnuchin, y de Salud, Tom Price, haciendo frente a un boicot opositor el martes que habría retrasado el proceso.
El Comité de Finanzas de la cámara alta suspendió las reglas y aprobó una moción para llevar ambos nombres al pleno del senado, donde los republicanos cuentan con la mayoría simple necesaria.
El presidente de la instancia, Orrin Hatch, culpó a los demócratas por no asistir a la sesión de la jornada anterior y añadió que el requisito de mayoría simple fue instalado por los propios demócratas para asegurar la aprobación del gabinete de Obama.
La decisión deja a la oposición con pocas opciones para frenar la confirmación de las dos figuras clave del gobierno de Trump. Price, el más controversial, estará encargado de la reforma al sistema de previsión de salud conocido como Obamacare y es acusado de recibir beneficios de actores de la industria y mentir en su testimonio.
En una entrevista radial, el presidente del senado, el republicano Mitch McConell, señaló que la oposición no puede hacer nada para detener las confirmaciones. “Ganaremos esta guerra”, señaló.
Corte Suprema
Una nominación que no tiene su victoria asegurada es la del máximo tribunal del país, que cuenta con una vacante hace casi un año.
Para llegar a la Corte Suprema, el nominado de Trump, el conservador Neil Gorsuch, requiere 60 de los 100 votos a favor en la cámara alta, por lo que los republicanos aún necesitan ocho votos opositores. No obstante, el oficialismo podría cambiar las reglas de aprobación y bajar la barrera.
Ayer, el propio Trump llamó al McConnell a usar todas las armas a su alcance. “Yo diría, si puedes, Mitch, toma medidas nucleares. Sería una pena tremenda si un hombre de esta calidad se quedara enredado en la red. Yo diría que depende de Mitch, pero le diría que fuera a la carga”.
Con una mayoría en el máximo tribunal del país, que también funciona como corte constitucional, los conservadores podrían modificar leyes en torno a la protección de las minorías, la protección social y derechos reproductivos de las mujeres, entre otros.
La presidenta de la organización pro aborto Pro Choice America, Ilyse Hogue, señaló que el nominado “representa una amenaza existencial al aborto legal en EEUU y no debe acceder nunca al puesto de juez de la Corte Suprema. Nuestros 1,2 millones de activistas miembros llaman al senado a rechazar su nominación”.